¿Quién en el año 2003, al recibir uno de nuestros flamantes primeros TPV, hubiera pensado que se podría actualizar la aplicación de este dispositivo portátil sin que nos tuvieran que cambiar el mismo? Lo que en el antiguo TPV era un sistema de actualización remota de las aplicaciones novedoso, ya con la experiencia y la utilización de los mismos ha pasado a ser algo cotidiano y muy útil para mantener al día, en nuestro caso, nuestros terminales. Pero esto, a día de hoy, afortunadamente y gracias a la evolución y universalización de las nuevas tecnologías es algo que ya podemos evidenciar, también ocurre en los tan extendidos y usados teléfonos inteligentes, los SmartPhone.

Ello, y las novedades que presenta el nuevo terminal, ha abierto la posibilidad de actualización remota del software en nuestros terminales, conocida por sus usuarios como “Telecarga”. Un sistema que conocimos gracias a nuestro primer terminal, resulta que a día de hoy es un método altamente universalizado para actualizar cualquier dispositivo portátil. Lo podemos comprobar en los nuevos teléfonos o en las tan extendidas “Tablets” ¿Quién no ha actualizado una aplicación o juego en su teléfono o tablet o ésta se ha realizado de manera automática?

Pero, ¿por qué se hacen estas actualizaciones en las aplicaciones? En general, vemos normal que se actualice el software de nuestros dispositivos, sin saber bien qué se corrige, y aceptamos su descarga ya que, entendemos, mejorará el funcionamiento de la actual. Esta actualización podría realizarse porque se ha recibido una sugerencia de un usuario o bien porque por el uso y pruebas del equipo que la creó se haya decidido modificar alguna determinada funcionalidad o corregir un determinado funcionamiento de la misma. En otros casos sirven para añadir nuevas funciones a la aplicación, de las que podemos estar al tanto porque nos hayan informado antes. Siempre es interesante saber que el dispositivo que estoy usando se mantiene a la vanguardia, no sólo tecnológicamente hablando, sino también en cuanto a las posibilidades de uso que las aplicaciones que contiene brinda a los usuarios.

Este proceso, que ya se ha estandarizado en otros dispositivos, sabemos que es perfectamente trasladable al funcionamiento de nuestro nuevo terminal TPV. Desde sus versiones iniciales, en las que los primeros usuarios pudieron descubrir el potencial de la nueva herramienta, se han ido realizando algunas modificaciones y sus correspondientes actualizaciones en la aplicación, atendiendo fundamentalmente a dos motivos:

• La incorporación de nuevas funcionalidades que permitan la comercialización de los productos de la ONCE.
• Introducir mejoras o correcciones, atendiendo en la medida de lo posible a sugerencias realizadas por los propios usuarios, con el fin de facilitar las tareas propias del colectivo de vendedores.

Y, gracias a la telecarga, nos evitamos la molestia de tener que actualizar los terminales llevándolos al centro de adscripción, dado que este servicio se realiza de forma remota sin intervención por parte del usuario. El proceso de actualización se encarga de asegurar que el terminal que tengamos contenga la última versión disponible antes de acceder al Sistema de Juego y, en caso de no contar con la misma, se encargará de desencadenar el proceso de actualización para que se descargue e instale en el terminal antes de acceder al Sistema. Con ello, aseguramos disponer de todas las novedades y mejoras antes de iniciar una nueva jornada de venta.

El actual tamaño de la aplicación del terminal es superior al de su predecesor, gracias a la evolución de los sistemas. Dado que nuestro equipo dispone ahora de conexión a la red 3G, a pesar de ser mayor el tamaño de la descarga, la duración de la misma puede llegar a ser incluso menor que con el anterior terminal, principalmente debido a la velocidad que soporta esta red. No hay una duración media establecida para las telecargas, pues depende del tamaño a descargarse; por ejemplo, no supone el mismo tamaño la descarga de una modificación en un mensaje de aviso que la que se realiza para la ampliación del Cuponazo con el XL y el XXL.

Con el nuevo terminal las telecargas siempre se inician cuando se reinicia el terminal. Esto puede ocurrir por las noches, cuando se envía un comando que hace que se reinicien los equipos (que tengan cobertura de comunicaciones, pues si no el comando no llegará), por lo que es conveniente dejar el terminal conectado al cargador, para asegurarnos que tiene alimentación si tras el reinicio nocturno hay una telecarga en curso. En caso de tener apagado el terminal y procederse a una telecarga, la misma se instalará cuando lo encendamos. Aunque será siempre poco habitual, también puede producirse una telecarga durante el día, por alguna emergencia que requiera una actualización urgente durante la jornada habitual, siempre precedida de un apagado y encendido del equipo.

Otra de las novedades en el proceso de telecarga del nuevo terminal es la denominada “descarga en segundo plano”. Debido al gran tamaño que pueden tener algunas mejoras, como hemos comentado antes, se ha diseñado un sistema para que el proceso de telecarga afecte lo menos posible a los usuarios. Entonces, el proceso se divide en dos partes: la descarga de las modificaciones de la aplicación y su instalación. La parte más tediosa y que más tarda es la descarga de las modificaciones. Para que este proceso sea rápido, el terminal tiene que tener buena cobertura y si es posible por la red más rápida, la 3G. Pero no siempre se dan estas circunstancias; por ello, dado que el nuevo terminal nos lo permite, se ha dividido la telecarga en dos fases: en la primera se realiza la descarga de la aplicación en un segundo plano (el terminal se enciende normalmente y se observará el mensaje “Telecarga en curso”), que permite al usuario mantener su actividad mientras el terminal se va descargando la aplicación; en la segunda fase: se realiza la instalación de la aplicación descargada. Esta fase se producirá siempre y cuando la aplicación ya haya sido descargada anteriormente. Si el terminal tiene ya la aplicación en su memoria, cuando llegue la fecha de instalación y tras el reinicio del terminal se producirá la instalación de la misma, proceso que el propio terminal irá reflejando con diferentes mensajes y durante el cual es muy importante no apagar ni reiniciar el terminal, teniendo el usuario que esperar hasta que haya terminado este proceso. Una vez finalizada la instalación, el terminal se reiniciará de forma automática y mostrará finalmente la pantalla de invitación a conectar, tras lo cual ya tendremos el terminal con las últimas modificaciones disponibles instaladas y listas para su uso.

Estas dos fases se producirán habitualmente en las telecargas de manera separada, pero podría darse el caso de tener que hacer una telecarga inmediata para instalar una modificación importante, en cuyo caso se realizarán ambas fases de manera consecutiva y conjunta.

De todo este proceso se informa habitualmente a los usuarios mediante un mensaje al terminal, en el que se indican las fechas en las que se producirán las dos fases de la telecarga que hemos mencionado, junto con el contenido de la misma. Pero este procedimiento, para determinadas instalaciones o en determinadas circunstancias puede no llegar a ser operativo y que no se pueda informar a los usuarios con la suficiente antelación, si el contenido de la telecarga no incluye modificaciones que afecten a los usuarios o si la misma se tiene que realizar con determinada urgencia que no permita trasladar dicha información con antelación. Esto no debe suponer mayor problema, ya que el terminal informará en todo momento de las acciones que esté realizando, siendo importante prestar atención a dichos mensajes y bajo ningún concepto apagar el terminal, esperando a que el equipo termine las acciones que esté realizando hasta que nos muestre la pantalla para iniciar la conexión.

Con cada telecarga actualizamos nuestro terminal y le introducimos todas las mejoras técnicas y modificaciones que se han desarrollado, consiguiendo con los mismos equipos nuevas funcionalidades y mayores prestaciones.