Impulsar la inversión en discapacidad como “clave” para la consecución de los objetivos de la Estrategia UE 2020, dada la desventaja de la que parte el colectivo en relación a estos objetivos, además de las “evidentes connotaciones de equidad” que implica, ha sido la propuesta clave de la Fundación ONCE en el seno de la Conferencia Europea ‘Estrategia UE 2020 e inclusión social: lecciones aprendidas y estrategias futuras’, organizada por la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la Comisión Europea en el European Management Centre (de Bruselas), el pasado 9 de octubre. Un encuentro que pretendía poner de relieve los avances y retos de los Estados miembros en relación a la pobreza y la exclusión social.

Maria Tussy, jefa del departamento de Programas Europeos de Fundación ONCE, planteó esta propuesta durante su intervención sobre 'Acciones y medidas contra la pobreza en el contexto local y su horizonte temporal', en la que presentó los datos del estudio 'Población con discapacidad en los países de la UE: su contribución en la consecución de los objetivos de la estrategia Europa 2020', que valora la incidencia de la población con discapacidad sobre dichos objetivos.

En tal sentido, el estudio resalta que, en todos los indicadores de la Estrategia UE 2020, las personas con discapacidad parten con una importante desventaja respecto al resto de la población, lo que -afirmó Tussy- implica que “el potencial de mejoras que se pueden obtener a través de la inversión en políticas en favor de las personas con discapacidad sea muy considerable”. Así lo reflejan indicadores como la tasa de desempleo de larga duración que, para las personas con discapacidad -denunció-, supera el 26% en países tan diversos como Grecia o Alemania. Por ello, si se toma como ejemplo el objetivo 8º de la Estrategia UE 2020, que plantea reducir la tasa de desempleo de larga duración de la población de entre 20 y 64 años, rebajar en un solo punto porcentual la tasa del colectivo de personas con discapacidad derivaría una mejora media de 0,13 puntos para el total de la UE. Según la responsable de Fundación, un objetivo más ambicioso, una reducción en tres puntos de la tasa de desempleo de larga duración de las personas con discapacidad, “permitiría a la UE bajar del umbral del 5% global en este indicador”.