La ONCE firmó, el 17 de noviembre, un convenio para favorecer la integración de sus afiliados mayores en los programas de Turismo y Termalismo del IMSERSO, junto a los demás pensionistas beneficiarios de este servicio del Estado. “Se ha saldado una importante deuda con la igualdad”, señaló al concluir el acto el director general del IMSERSO, César Antón (archivo MP3).

Según explicó el responsable del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), que rubricó el acuerdo junto al director general de la ONCE, Ángel Sánchez, la iniciativa se viabilizará “gracias a la colaboración y las facilidades ofrecidas por la ONCE en toda la gestación del acuerdo”.  (César Antón 2 Archivo MP3). La directora general de Gestión del IMSERSO, Mª Ángeles Aguado; la vicepresidenta de Políticas Sociales e Igualdad del Consejo General de la ONCE, Patricia Sanz; y el director general adjunto de Servicios Sociales para Afiliados de la entidad, Andrés Ramos, asistieron también a la firma de este acuerdo con el que ambas entidades quieren garantizar la plena integración de las personas mayores ciegas o con discapacidad visual en estas actividades de ocio y tiempo libre tan beneficiosas para el desarrollo humano y social. Ángel Sánchez insistió en el interés de este “convenio para todos”, con el que “queremos -dijo- que nuestros mayores se integren con el resto, compartiendo las vacaciones con todas las demás personas” (archivo MP3). Además, las 1.500 plazas que se van a reservar para nuestro colectivo (y que se unen a las 2.500 de las Vacaciones Sociales ONCE) no impiden en absoluto que los afiliados puedan seguir participando a título particular en los programas convocados por el IMSERSO que deseen.

Una tradición con éxito

La ONCE ha venido ofertando anualmente (durante más de 20 años) un programa propio muy bien valorado por sus beneficiarios y acompañantes, si bien en la última etapa, entre 2007 y 2014, se había detectado un sensible descenso de solicitantes, pasando de unos 6.000 participantes a apenas 2.800 en esos ocho años. Tanto los usuarios como los gestores del programa apuntaban, entre las principales causas, el trasvase de participantes a los programas de Turismo y Termalismo del IMSERSO, por tres razones fundamentales: ser competitivos en precio, la mayor variabilidad de destinos y épocas de disfrute y opciones adicionales como el acceso a habitaciones de uso individual.

Por ello, ya en los años 2009, 2011 y ahora de nuevo en 2015, ONCE e IMSERSO han impulsado varias experiencias de colaboración en los programas de Turismo y de Termalismo, facilitando la ONCE un monitor especializado y el transporte cuando era necesario, y la gestión de inscripciones. Experiencias que se granjearon un alto grado de satisfacción, similar según los usuarios a los turnos de las tradicionales Vacaciones Sociales ONCE, al mantenerse las ventajas de atención específica y facilidades como el pago en Centros ONCE, traslados con monitor especializado con el grupo, etc.

Del mismo modo, en los diferentes turnos de los programas de Turismo y Termalismo se reservarán ahora plazas para la participación de personas mayores de la ONCE y sus acompañantes que cumplan los requisitos exigidos. Cada grupo que se integre en los diferentes turnos tendrá un mínimo de 15 y un máximo de 25 componentes, con derecho a beneficiarse de cuantos servicios incluya el programa. Les acompañarán monitores de apoyo especializados, formados y coordinados por la ONCE, garantizando la plena autonomía de los afiliados, “para que participen del programa como el resto, en los destinos que finalmente cerremos con el IMSERSO, pero con mucha mayor oferta”,  explicó a nuestra revista la vicepresidenta del Consejo General de la ONCE, Patricia Sanz (archivo MP3).

La propia ONCE difundirá y publicará la oferta que cada temporada acuerde con el IMSERSO, gestionará las solicitudes y establecerá los grupos de cada turno y la contratación de los monitores. Por su parte, el IMSERSO facilitará el agrupamiento de componentes de grupos de la ONCE en desplazamientos, establecimientos hoteleros, comedor, etc., para facilitar la tarea de los monitores de apoyo.

Las personas mayores con ceguera o grave discapacidad visual valoran muy especialmente este servicio de vacaciones, que contribuyen a mejorar su independencia y calidad de vida, y ahora, además, su plena integración en igualdad de condiciones con otras personas sin discapacidad.

Yolanda S. Baglietto