Apoyo al colegio de niños ciegos de Gaza
La ONCE quiso aprovechar la celebración en Madrid de la Junta Directiva de la Unión Europea de Ciegos (EBU) para invitar a sus principales responsables a la presentación de una bella iniciativa solidaria: el envío por nuestra Organización de un cargamento de material didáctico para “Al-Shurooq” (Amanecer), la escuela de niños ciegos sita en Beit Jala (Gaza). Acción que acomete de la mano de Mensajeros de la Paz, fundación presidida por el padre Ángel, y la Embajada Palestina en España, también presentes en el acto llevado a cabo el 15 de enero pasado.
La iniciativa responde a una solicitud de la Sociedad Nacional de Discapacitados Visuales palestina para apoyar a este centro sito en una zona de conflicto como es la provincia de Gaza, y en el que se han dañado gravemente sus infraestructuras resultando extremadamente complicado continuar con la educación de los pequeños ciegos. Un contexto que ha movido especialmente la sensibilidad a la ONCE para dar respuesta en la medida de sus posibilidades a la demanda palestina, como explicaba al presentarla el presidente de ONCE y su Fundación, Miguel Carballeda (archivo mp3).
El propio Carballeda enmarcaba esta acción en el programa de la ONCE de “Solidaridad con otros colectivos fuera de España”, incluido en su Plan de relaciones internacionales y expansión exterior. En definitiva, como un ejemplo de las políticas de solidaridad que intenta proyectar en los más diversos lugares del mundo (archivo mp3).
Por su parte, el padre Ángel, presidente de la Fundación Mensajeros de la Paz que ha intermediado en esta iniciativa y que mantiene una continuada línea de cooperación con aquellos territorios, se congratulaba también de la materialización de un proyecto que consideraba precioso (archivo mp3).
Los programas y actividades de la escuela de Gaza están diseñados para mejorar la calidad de vida de los estudiantes palestinos ciegos y con discapacidad visual grave, así como con vistas a facilitar su integración en la comunidad local mediante la promoción y la mejora de sus niveles culturales, educativos, sociales y económicos. Según reconocía el embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh -también presente en el acto-, es una iniciativa muy importante para la escuela, ya que -según quiso poner en valor durante su intervención- en su país la educación forma parte del acervo y de la cultura nacional; además de constituir un elemento fundamental de futuro para sus jóvenes generaciones (archivo mp3).
Entre el material que la ONCE va a enviar a la escuela palestina se encuentran 34 bastones para mejorar la autonomía personal, lupas, dos máquinas Perkins para escribir en braille, y también abundante material para transcripción braille a mano, como pautas, regletas y punzones, básicos en la alfabetización de los niños y niñas ciegos. Y pensando en el ocio y la socialización de estos alumnos, se enviarán también juegos de mesa adaptados en relieve (de ajedrez y dominó), así como balones de fútbol sonoros. Un envío que el padre Ángel no dudaba de calificar como “un sueño” para sus destinatarios (archivo mp3), un colectivo de pequeños que viven unas circunstancias de violencia, inestabilidad y carencias materiales de todo tipo.
La Escuela “Al-Shurooq” fue creada en 1981 para proporcionar a los niños y niñas ciegos y con discapacidad visual de la región una educación apropiada en igualdad de oportunidades y atiende a escolares de entre tres y 12 años.
Respaldo de la EBU
El presidente de la Unión Europea de Ciegos, Wolfman Angerman, que celebraba esos días en Madrid reunión de su Junta Directiva y acudió a la presentación de esta iniciativa solidaria de la ONCE, quiso destacar la importancia de esta donación en el refuerzo de la educación de los jóvenes con discapacidad visual de Palestina. “Creo que es una de las iniciativas más importantes que se pueden firmar en momentos como los actuales, porque la educación es lo más necesario para la calidad de vida. En este sentido, lo que la ONCE está haciendo es poner las bases para que esos jóvenes palestinos mejoren su calidad de vida, desde la situación de desventaja que padecen”, explicaba Angerman a nuestra revista.