Ser transparente es un valor en alza: líderes, empresas, organizaciones de todo tipo... persiguen ese reconocimiento que acredite que ejercen a pecho descubierto, que no ocultan cadáver alguno en el armario. Pero también hay quien lleva esa actitud grabada en su ADN, como condición sine qua non de su existencia.

Es el caso de la ONCE, que -hace casi 80 años- nació en la calle, en pleno contacto con el ciudadano; y que mantiene una interlocución permanente con las instituciones que erradica cualquier zona de penumbra en su actividad y sus objetivos. Con ese espíritu, con esa actitud de puertas y ventanas abiertas, la ONCE acaba de comparecer ante el Congreso de los Diputados, para explicar a sus (en este caso ‘efímeras’) señorías nuestra situación y expectativas: nuestras preocupaciones y demandas, nuestros compromisos. Un ejercicio que no requiere de especial entrenamiento, pues además de voluntariamente sometida a auditorías de todo tipo y sobre todos los órdenes de su actividad, la ONCE se encuentra puntual y cuidadosamente tutelada por un Consejo de Protectorado del Estado al que rinde sistemática cuenta de sus actuaciones relevantes. Dialogar, explicarnos con el otro para hacernos entender, y recoger el reflejo de lo que la sociedad nos demanda para intentar darle adecuada respuesta, es la clave de nuestro histórico desarrollo y de nuestra proyección de futuro.

Estos mismos días hemos abierto también nuestras puertas a la responsable internacional de Infancia y Discapacidad de UNICEF, hemos presentado nuestro proyecto educativo y la iniciativa integradora del Concurso Escolar ONCE en uno de los principales foros mundiales sobre Educación, hemos puesto en marcha una nueva edición de nuestros Premios Solidarios que galardonan lo mejor del desinteresado compromiso de la sociedad española... Porque estamos orgullosos de nuestra trayectoria compartida, contamos lo que somos sin recato. E invitamos a esa mayoría social, cuya solidaridad nos ha traído hasta aquí a través de una larga y compleja peripecia histórica, a asomarse dentro de esta institución con nombre de número y vocación de servicio.