No podemos bajar la guardia
Multitud de estudios académicos y deportivos se han ocupado de indagar en la estrecha relación que subyace entre ‘satisfacción’ y ‘esfuerzo’; cómo aquélla se multiplica exponencialmente en función de la intensidad de éste... Nuestra Casa (la ONCE, su Fundación y el grupo de empresas ILUNION) ha manifestado expresamente su alegría por sus recientes resultados económicos y sociales, pero sabe muy bien que éstos son, pura y llanamente, fruto del esfuerzo de las mujeres y los hombres que la integran. Y el esfuerzo, para resultar eficiente, ha de ser mantenido: no cabe bajar la guardia.
Nuestra entidad va camino de su 80 cumpleaños asentada en dos pilares básicos: la determinación de las personas ciegas por ganarse dignamente su propio sustento y la solidaridad de una sociedad española que, durante todas estas décadas, le ha expresado su más estrecha complicidad con esa hoja de ruta. Comprando diariamente el cupón, sí, pero sobre todo valorando la valentía y desinhibición de unas personas que se rebelaron a la condena del ostracismo social y personal a consecuencia de una discapacidad (visual o de otro orden), como ha ocurrido en tantos y tantos países del planeta.
Los ciegos españoles son, por derecho propio, un elemento cotidiano y amable de nuestro imaginario urbano. Estamos ahí, codo con codo junto al resto de la ciudadanía, gracias a nuestro propio esfuerzo por la integración. Por eso los niños de nuestro país pueden compartir el aula o un campamento de verano con compañeros que carecen de visión con la mayor de las normalidades; por eso es tan habitual ver conversar, en la cafetería de la esquina, a una persona ciega con otra que no lo es sobre el partido del domingo o sobre el último proceso electoral...
Ahí descubrimos el mejor y más importante ‘resultado de explotación’ de nuestra Casa. El mismo que diariamente intentamos devolver a toda la sociedad española con ese pequeño tesoro de ilusión que se envuelve en el cupón, con nuestra tarea de inclusión y normalización de las personas con discapacidad, pero -por encima de todo- con el agradecimiento de quien sabe que su trayectoria sólo es posible con la colaboración de un entorno que entre todos hemos sabido construir. Resuelta pero humildemente, porque, como acaba de proclamar nuestro presidente, Miguel Carballeda, “ésta, la del siglo XXI, tiene que ser una ONCE humilde y al tiempo generosa”.