Un aval con sello ONU
Que la máxima responsable de la ONU en materia de derechos de las personas con discapacidad elogie abiertamente la tarea de ONCE y su Fundación y de sus empresas en materia de integración y responsabilidad social constituye, lógicamente, motivo de orgullo para cuantos constituimos esta ‘gran familia’. Pero existe un elemento en su balance que aún nos llena de mayor satisfacción: su elogio global de la materialización en España de los principios de la Convención Internacional que pretende sellar esos derechos en todo el mundo.
Porque eso, trasladar a la sociedad en su conjunto esa manera de entender la realidad y actuar en consecuencia, es -desde hace años- la prioridad programática de nuestra acción social. Y la ONCE es consciente del carácter pionero (en España y más allá de nuestras fronteras) de esta iniciativa que ha hecho suya y que defiende con uñas y dientes en cuantos foros participa.
Como el movimiento se demuestra andando, desde su creación, va ya para 80 años, nuestra entidad defendió la autonomía de su gestión; la asunción por las propias personas ciegas o con grave discapacidad visual de la responsabilidad de gestionar sus asuntos. Sin más tutela que la conformidad con los lineamientos marcados por el Estado ante el que rinde cuentas, ha diseñado así una biografía de éxito, bien que escrita a menudo a base de sangre, sudor y lágrimas. Los resultados a la vista están: hoy es ejemplo de autonomía, inclusión e independencia entre todas las organizaciones de personas con discapacidad del mundo.
A esa voluntad de obrar y responsabilizarse de su propio destino ha sabido unir el otro gran pilar de su modelo, el de la solidaridad con el resto de colectivos de quienes con toda justicia pueden reivindicar hoy que, simplemente, disfrutan de capacidades diferentes.
Sobre ese doble empeño se ha lanzado a involucrar a agentes sociales y económicos, dentro y fuera de nuestro país, mostrándoles que un mundo mejor y más justo no sólo es posible, sino incluso económicamente rentable. Y en nuestro entorno más inmediato comienzan a percibirse los primeros frutos de esa misión por la complicidad de las estructuras productivas, las organizaciones sociales y las Administraciones... Mª Soledad Cisternas ha tomado nota, lo ha destacado y, con seguridad, respaldará también está experiencia en la sede central neoyorquina de la ONU. Sí, nos enorgullece su aval.