Mª Eulàlia Fontanals: "Agradecida, de corazón"
- Acaba de recibir en Barcelona la Medalla de Oro del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Cataluña
Vocacional, familiar, creyente. Más de 30 años avalan su buen hacer en la ONCE como trabajadora social. Especializada en la discapacidad sensorial de la ceguera, Eulàlia Fontanals Cabré pierde ya la cuenta de las personas ciegas o con graves problemas de visión que han pasado por su consulta. “Mi experiencia viene de cuanto han compartido desde su corazón los afiliados a la ONCE”, declara emocionada (0,45 MB). Y no es para menos, pues sus compañeros de Trabajo Social en Cataluña acaban de premiarla -precisamente por esa trayectoria profesional- con la Medalla d´Or del Col-legi 2017, en un acto celebrado el 5 de abril con motivo del Día Mundial del Trabajo Social.
La noticia de tan entrañable reconocimiento público le pilló por sorpresa, y en un momento de salud delicado, lo que suma quizá esa pizca de impulso motivador para seguir adelante y mirar con optimismo un futuro esperanzador. “El doctor me ha dicho que probablemente hasta junio no podré volver a trabajar y tengo muchas ganas de reincorporarme (0,78 MB); y más desde ese encuentro con mis colegas, mis compañeros, amigos y afiliados que vinieron al acto del premio”, confiesa con agradecimiento. Y con brillo en su voz nos refiere que “fue impresionante...
(1,06 MB) Estaban mi familia, mis exalumnas universitarias, todos los trabajadores sociales de la ONCE, técnicos de rehabilitación, jefes... ¡Estaba lleno un auditorio de 250 personas!”, exclama mientras reconoce sentirse “muy emocionada, muy contenta y... ¡feliz, feliz del todo!”.
Con generoso agradecimiento hacia sus compañeros de tarea, la veterana profesional dedicó este prestigioso premio a “todos los trabajadores y trabajadoras sociales que cada día se levantan, van a trabajar y lo hacen de una forma sobresaliente, con delicadeza, y con plena atención a sus usuarios... En el caso de la ONCE todos estos trabajadores se merecían la medalla, por eso se la dediqué a ellos”, explica. Tampoco se dejó en el tintero su eterno agradecimiento a la propia ONCE, "porque -dice- si ella nunca hubiera recibido este premio" (0,48 MB). Y a todo el equipo de la Casa, administrativos, jefes, directivos, delegado..., “porque me han permitido trabajar durante estos años y ser creativa en mi trabajo, y eso es de agradecer. Lo tengo claro: para mí esta medalla es gracias a la ONCE”.
Tiempo ha corrido desde que aquella jovencita barcelonesa, de 23 años, aprobara las oposiciones y se desplazara a Huelva para iniciar su camino laboral en la ONCE, con vocación de servicio, en el trabajo social. Echaba a andar por aquel entonces la integración de los niños ciegos o con discapacidad visual grave en las escuelas ordinarias del país, “y fue una experiencia maravillosa, sobre todo con ellos y con sus familias”, rememora. Allí permaneció dos años y medio hasta regresar a su tierra natal, donde reside toda su familia, se casó y nació su único hijo, Pau (Pablo en castellano), que también en catalán significa ‘paz’, y que tantas alegrías le aporta. “Ha heredado parte de su padre y parte mía. Lo mejor de su padre es que es una persona muy paciente y serena, aunque la gente dice que Pau es igual que yo..., pero con barba”, dice risueña. Y se explica (0,82 MB): “se parece mucho a mí en el físico y también en el carácter, porque es muy sociable. A él también le encanta la docencia y los niños como a mí...”. Y es que cuando habla de su hijo Eulàlia irradia luz, ese peculiar brillo en su voz.
Sincera y siempre cercana, Lali, como todos la conocen en Hospitalet de Llobregat y Barcelona por su trabajo social en la ONCE, se declara una mujer creyente por los cuatro costados. “He conseguido realizar muchas cosas en mi vida porque soy una persona creyente. Dios me ha dado muchos momentos difíciles pero también mucha fortaleza... Eso sí que es un regalo
(0,22 MB)”, asegura quien, a su vez, es un regalo para tantas otras personas.
Empática y resolutiva, ha dejado también su huella en el Tribunal Tutelar de Menores, como profesora asociada de la Universidad de Barcelona, en las labores de mediadora familiar y terapeuta de parejas y ha participado en un sinfín de conferencias, grupos de trabajo y comisiones de lo social. En la ONCE “trabajamos mucho el sentido de la escucha activa. Es muy importante escuchar a la persona, atenderla y acogerla (0,30 MB). Sobre todo que se sienta muy bien acogida. La verdad es que mi trabajo es maravilloso y me encanta”, confiesa.
Y es que la aceptación de una discapacidad nunca resulta fácil; y ahí entra en funcionamiento el equipo de especialistas en la materia donde los trabajadores sociales -señala- “intentamos dar una buena acogida (2,00 MB), que se sientan comprendidos y con un trato cercano. Luego, orientarles sobre los servicios que ofrece la ONCE a las personas ciegas o con discapacidad visual grave...”. Aunque todo se aprende, ‘saber escuchar es un Don’ y ‘de bien nacidos es ser agradecidos’ son dichos en los que Lali encaja a la perfección: “Estoy muy agradecida a todos, de corazón
(0,04 MB)”. ¡Enhorabuena compañera!
Genoveva Benito