Juan Carlos Gavira: “ILUNION es una escuela para crecer como profesional y como persona”
El miembro del Departamento Financiero del grupo empresarial interpreta el papel de un profesional de mantenimiento en el exitoso spot de nuestro grupo empresarial
Juan Carlos Gavira lleva justamente 20 años trabajando en el grupo de empresas de la ONCE y su Fundación, pero estas últimas semanas se ha hecho más popular -dentro y fuera de la gran familia ONCE- que en esas dos décadas de intenso y provechoso trabajo profesional. Y, por cierto, con una imagen que no corresponde a su tarea habitual (trabaja en el Departamento Financiero del Centro de Servicios Compartidos de ILUNION), sino con la de un operario de mantenimiento, enfundado en el inconfundible mono de trabajo del grupo empresarial. Son los trucos de la publicidad, porque Juan Carlos es uno de los trabajadores protagonistas de la nueva campaña de ILUNION, que en radio, internet y televisión ha extendido por todo el país un mensaje de impacto, ‘Somos únicos’
, como lo son de hecho todos y cada uno de los miembros de la plantilla de ese gran grupo empresarial que con casi un 40% de trabajadores con discapacidad viene evidenciando cómo pueden ser compatibles las rentabilidades económica y social de las compañías.
Gavira (Jerez de la Frontera, 1967) ingresó en la Casa en octubre de 1997, y aquí encontró -confiesa- un lugar de encuentro en el que ha conocido a muchas personas y conquistado numerosos amigos, una auténtica escuela de vida. “Éste -matiza- ha sido un entorno en el que he podido y sigo pudiendo crecer como profesional y como persona (0,26 MB)”. Ese orgullo, que no esconde, de pertenencia a un proyecto colectivo que le apasiona es, según explica, el que le ha llenado de mayor satisfacción a la hora de haber sido elegido entre muchos otros compañeros para participar en la campaña publicitaria, cuyo principal objetivo era precisamente “dar a conocer lo que somos”
(0,30 MB) .
Para él ha sido un auténtico ejercicio de metamorfosis incorporar en la campaña la imagen de uno de los miles de compañeros que trabajan en los distintos servicios de mantenimiento que gestiona ILUNION. Y de hecho recuerda las sesiones de maquillaje o la experiencia de subir a una azotea y simular el paisaje laboral de esos otros profesionales como algunos de los momentos más impactantes de esta nueva aventura
(0,41 MB). Porque el rodaje, propiamente dicho, no le ha impactado tanto... “Es que, durante mi etapa con el equipo de baloncesto en silla, ya rodamos varios spots y quizá por ello las cámaras en sí mismas no me impresionaban demasiado”, explica Gavira.
Porque este experimentado profesional tiene también un destacado pasado deportivo a sus espaldas como integrante durante más de tres lustros del que antes era equipo de baloncesto del Fundosa-Fundación ONCE, y también militó en el desaparecido ONCE-Andalucía. Allá por donde fue técnicos y compañeros valoraron siempre la capital aportación de su 1,95 de envergadura y un tiro a canasta con la zurda envidiado en todos los parquets de esta disciplina paralímpica en nuestro país. Hoy, el deporte -y la afición a la pintura- continúa siendo un referente con el que llenar su escaso tiempo libre.
Pero, pese a su pasado deportivo, la repercusión mediática de esta nueva campaña no ha podido dejarle indiferente. “Es impresionante -nos cuenta-. Me ha llamado gente con la que llevaba años sin hablar, para explicarme que me habían visto por la tele, o que me habían escuchado en la radio (0,35 MB).... Todo eran mensajes de felicitación de todo el mundo”.
Y, hombre que se confiesa muy familiar, entre ellos evoca con toda claridad los que le han trasladado sus hijas (0,24 MB), dos jóvenes mellizas de 15 años que constituyen su mayor alegría: “me ha hecho especial ilusión verlas tan orgullosas de su padre al volver del cole por la repercusión mediática de esta campaña que, la verdad, ha sido enorme”, asegura, todavía con un toque de emoción en sus palabras.
Vamos, que la experiencia no ha podido ser más positiva, aunque ahora haya de arriesgarse a que le paren por la calle para preguntarle si ‘¿es usted el del anuncio, verdad...?’. A él no parece incomodarle. Por eso concluye convencido: “¿Que si volvería a repetir? ... ¡Desde luego, sin pensarlo!”.