Fernando, Baltasar y Conchita: Tres vendedores y un Cuponazo
Llegó la suerte a la capital valenciana con el Cuponazo de la ONCE del sorteo del 15 de diciembre
Menudo subidón. La capital valenciana se vistió de fiesta el 15 de diciembre. La ilusión del Cuponazo se convirtió en realidad palpable, de la mano del novel agente vendedor de los productos de juego de la ONCE Fernando Campos, con apenas año y medio de antigüedad en la Casa. Ha tirado por tierra el dicho popular ‘la veteranía es un grado’, pues comparte profesión con su único hermano Baltasar y su cuñada Conchita Gramaje, con 30 y 23 años, respectivamente, como vendedores de la ONCE, que algún que otro premio importante sí que han dado pero Fernando -en su recién estrenado quiosco, “desde hace un mes, en la calle Olta, 51”, apunta- se ha llevado la palma repartiendo este Cuponazo de 9 millones de euros (cinco cifras más la serie) y tres cupones más, agraciados con 25.000 euros cada uno (a las cinco cifras), que suman una bonita cifra de 9.075.000 euros repartidos en Valencia de una tacada.
“Me siento muy alegre. Me puse muy contento por dar este premio; y, como a la gente del barrio le hace mucha falta, me he alegrado mucho más, porque todos son gente trabajadora... (0,36 MB)”, comenta emocionado un flamante Fernando que asegura tener “un subidón muy grande” de felicidad.
Idéntico sentimiento es el que nos traslada su hermano Baltasar, de 51 años e igualmente valenciano. “Es mucha alegría porque yo, en 30 años, he dado premios pero nunca la cantidad que él ha dado en tan poquito tiempo...”, refiere con entrañable cariño fraterno; y asimismo afirma que, “sea pequeño o grande el premio, la verdad es que siempre es motivo de alegría, tanto para el público como para nosotros, los vendedores y mejor si cae en personas con pocos ingresos... (0,55 MB)”, opina. Conchita, por su parte, también comparte la emoción del momento. “Dar un premio es colgarte un cartel para la venta y personalmente es una cosa grande”, nos comenta mientras realiza su labor en su punto de venta, a pie de calle
(0,18 MB). En la actualidad trabaja muy cerca de su cuñado Fernando, en el barrio de La Malilla, donde se ha corrido la voz del premio y repercute positivamente en la venta de los productos de juego de la ONCE.
Baltasar y Conchita, ambos ciegos, se conocieron en una fiesta de Santa Lucía del año 1984. “A la ONCE le tengo que agradecer todo
(0,63 MB), mi familia, mi marido... Tengo una estabilidad económica, una casa; tengo a mis hijos... y un trabajo”, explica Conchita quien en sus años mozos se preparaba para trabajar con niños en un jardín de infancia cuando le sobrevino la discapacidad visual. La pareja mantiene viva su bonita historia de amor que... es otra historia.
Y Fernando, el hermano y cuñado, soltero, “¡y sin compromiso!”, confiesa dicharachero, reside a la vera repartiendo premios desde el primer momento que se arrancó en la venta, tras sufrir una discapacidad física causada por un aparatoso accidente mientras ayudaba a levantarse a su madre hospitalizada en un centro de salud. Apicultor de origen llevaba 25 años trabajando en la miel, en la fábrica valenciana de Montroy. El viraje de su trayectoria vital le acercó aún más a la ONCE, formando parte de su plantilla de trabajadores que reparten ilusión. Él no se queda a la zaga... “Llevo un año y cuatro meses (0,42 MB); del triplex de 150 he dado ya varios premios, y también un Rasca de ‘por diez’ de 1.000 euros, otro del millonario de 500 euros, además de muchos otros premios de cupón más pequeñitos”, nos pone al corriente el jovial vendedor, protagonista por haber entregado el último Cuponazo de la ONCE, días antes de su 49 cumpleaños.
¡Felicidades, por partida triple!
Genoveva Benito