Más de 300 profesionales asistieron sus XXVIII Jornadas

Más de 300 profesionales de la fisioterapia asistieron, del 1 al 3 de marzo, a las XXVIII Jornadas de Fisioterapia que anualmente celebra en Madrid la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE y que en esta ocasión se celebraron bajo el título ‘Fascia: Avances Científicos’. Así el Centro Deportivo y Cultural de la ONCE de la capital recogió las aportaciones teóricas y prácticas de los siete mayores expertos del mundo en Fascia: Thomas Findley, Robert Schleip, Peter Schwind, Andrzej Pilat, Peter Huijing, Jan Dommerholt y Graham Scarr.

Andrés Ramos, director general adjunto de Servicios Sociales para Afiliados de la ONCE, Juan Antonio Huertas, vicerrector de Coordinación Académica y Calidad de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que depende la Escuela de la ONCE, y el director de esta última, Javier Sáinz de Murieta, inauguraron las Jornadas que el propio Huertas calificó como “un acto de actualización profesional y científica de ámbito universitario muy importante”, dirigido a los profesionales expertos en esta rama de la salud. “La fisioterapia está de moda, afortunadamente, y es una disciplina pujante, pero sufre intrusismo. Por eso, estas jornadas definen a quienes son profesionales de la fisioterapia de los que no lo son”, afirmó también.

La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) ha querido implicarse este año especialmente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la reclamación de políticas preventivas y de una mayor concienciación social sobre los cuidados del oído y el tratamiento de la sordera, con motivo del Día Mundial de la Audición, que se celebró el 3 de marzo.

El objetivo central, este año, ha sido llamar la atención sobre el incremento de los problemas auditivos en la sociedad moderna e intentar evitar que -como apuntan las actuales perspectivas de la OMS- en 2050 una de cada diez personas en el mundo presente una pérdida auditiva significativa. Un derrotero de deterioro en este fundamental sentido derivado no sólo de cuestiones médicas sino fundamentalmente sociales y ambientales: exposición a altos niveles de ruido, escasa conciencia preventiva y de utilización de protectores e, incluso, la práctica de conductas irresponsables como el empleo de amplificadores de sonido para compensar las incipientes pérdidas auditivas o la extensión de costumbres como introducirse objetos en los oídos para la higiene personal, etc.