Acaba de publicar 'Torno al corazón' (Ed. Celesta), tercer libro de poemas del autor gaditano con discapacidad sensorial

Poeta y contable. O un contable con alma de poeta de extraordinaria sensibilidad. Confeccionado con recuerdos y agradecimientos hacia su madre muerta nace el poemario ‘Torno al corazón’, canto al amor y a la infancia vivida en Arcos de la Frontera (Cádiz). La tierra gaditana donde nació el poeta en 1972. Escribe desde los 14 años aunque publicar “ha sido algo que ha llegado con el paso del tiempo”, explica Federico Monroy para quien escribir es una forma de ser, de vivir.

En plena promoción del libro, con presentaciones en bibliotecas y centros culturales -como la sala Cambio de Sentido de Fundación ONCE, en Madrid-, el autor, que es sordo, lo compagina con su trabajo administrativo en el Centro de Servicios Compartidos - departamento de cuentas- en Torre ILUNION, sede central de las empresas del Grupo Social ONCE. “Yo vine del sur, de Arcos... Y estoy en Madrid por razones laborales, claro. Realmente llevo ya 15 años en la capital y casi me siento madrileño también”, nos comenta risueño mientras charlamos (0,56 MB) en la cafetería del centro laboral donde, confiesa, se encuentra como en casa: “trabajar en un entorno con personas que en muchos casos tienen capacidades diferentes es sentirte un poco más arropado, más comprendido, es algo que te ayuda mucho en tu vida diaria y te da seguridad”. Federico Monroy explica qué significa para él pertenecer al Grupo Social ONCE (1,09 MB)

Sorprende en Federico la buena dicción conservada, que no delata en apariencia su sordera. Utiliza audífonos y se ayuda de la lectura en labios para mantener la conversación. “Aprendí a leer y a hablar normalmente de niño y en mi adolescencia oía bastante más que ahora; en el Instituto y luego en la Universidad sí tuve problemas para escuchar bien por la hipoacusia, así que al final llevo audífonos en ambos oídos”, relata con detalle (0,68 MB). Los estudios le llevaron a ser Graduado Social, también a dar clases de contabilidad financiera a particulares o a colaborar en un departamento de proyectos  relacionados con la accesibilidad. Ya en Madrid se licenció en Literatura por la Universidad Complutense, estudios que compaginaba con su empleo y la publicación de artículos, relatos o libros con tintes poéticos. Así arrancó con ‘Postales póstulas’, a modo de pinceladas; le siguió ‘Doblaje’, “que habla de la discapacidad auditiva y la percepción de las palabras...”; ‘La lengua de los ciegos’, con mención especial en el certamen de poesía Marcos Pavón 2010; o el reciente ‘Torno al corazón’, en el que bailan versos libres a golpe de latido de su corazón. 

La hipoacusia (sordera) de Federico no es barrera para él, “y si lo ha sido en algún momento, yo he querido salir hacia adelante”, apunta sin demora (0,35 MB). Es más, cuando tiene ocasión desconecta sus audífonos y se queda solo con sus pensamientos... “A veces el silencio, quieras o no, en este mundo tan ruidoso que vivimos, yo creo que puede ser una ayuda”, concluye (1,07 MB). Y no le falta razón, ¿o sí?

Genoveva Benito 

 A mi madre

Para dejarme el alma, que te quitas,

aparte de la sed, vas a la sombra,

a la que cambias, célibe, de amiga.

Te despojas del cuerpo y no es lo mismo,

igual que el jardinero se desprende

del brote de su mano, de sus botas (...)

(De ‘Torno al corazón’. Federico Monroy)