La Barcelona Macula Foundation (BMF), entidad sin ánimo de lucro formada por médicos comprometidos en la investigación internacional contra la ceguera, y la consultora especializada en accesibilidad digital DRJ han presentado una nueva colaboración conjunta, la Smart Aids for Visually Impaired (SilVer). Se trata de una plataforma pionera que analiza y evalúa aplicaciones y dispositivos digitales pensados para facilitar el día a día de las personas que sufren ceguera o una importante pérdida de visión sobrevenida.

Este servicio de acceso gratuito permite validar la utilidad de las diferentes alternativas digitales, valorando características particulares como la edad de la persona afectada o el tipo de pérdida de visión (si es periférica o central, por ejemplo), valiéndose del criterio de expertos en tecnologías, en muchos casos afectados, ellos mismos, por ceguera. Se parte de la experiencia del Institut de la Màcula, que dirige el investigador en retina Jordi Monés. “Los médicos no sólo curamos o luchamos para detener el avance de una enfermedad. Podemos también incidir positivamente en los pacientes dándoles confianza y orientándoles, de forma rigurosa, sobre cuáles son las mejores tecnologías asistenciales para su situación, principalmente en los primeros meses, que es cuando se sienten más indefensos”, afirma Monés.

La nueva plataforma, de consulta gratuita, ha llevado a cabo una gran labor de catalogación y selección de aplicaciones y dispositivos valorando parámetros como la funcionalidad, la facilidad de uso, el usuario al que van dirigidos y el precio, entre otros muchos aspectos. Tras un intenso año de trabajo, orienta sobre 40 propuestas top tras evaluar exhaustivamente más de 150 herramientas de las ‘tecnologías de asistencia’ actualmente en el mercado.

Dispositivos y aplicaciones, algunos ejemplos

Entre los dispositivos seleccionados destacan los que mejoran la comunicación y ayudan a incrementar la autonomía personal, como el “Color Star”, un práctico dispositivo que distingue hasta 1.000 matices de colores y que ayuda, por ejemplo, a combinar la ropa; o el indicador de nivel de líquidos que, situado en el borde de cualquier recipiente, emite un sonido para avisar cuándo se está llenando, etc.

Como ejemplo de aplicaciones, cabe destacar “Digit-Eyes”, que lee etiquetas de códigos de barras, permitiendo a personas con discapacidad visual escanear códigos UPC/EAN para reconocer más de 34 millones de productos de su base de datos; o “Be My Eyes”, que permite a personas ciegas o con baja visión conectar con voluntarios para ayudarles a resolver un problema de forma puntual...

La tecnología ante la ceguera sobrevenida

La especialista digital y fundadora de DRJ, Daniela Rubio, destaca “el impacto psicológico” de la ceguera sobrevenida y la necesidad de facilitar a la persona afectada medios para llevar una vida lo más autónoma y parecida a la anterior que sea posible. “La tecnología es nuestra aliada, pero no todo sirve para lo mismo ni para todo el mundo”, indica, por su parte, su compañero José Vicente González.

En la actualidad, la ceguera sobrevenida está principalmente vinculada a la edad. Se calcula que, en un futuro próximo, con el aumento de la longevidad, una de cada cuatro personas sufrirá una pérdida grave de visión por enfermedad degenerativa. Según la OMS, en el mundo hay unos 39 millones de personas ciegas y en 2020 podrían ascender a 90 millones, pues -afirma la Agencia para la Prevención de la Ceguera- el 80% de las personas invidentes son mayores de 50 años.