Sergio Molido ‘El kuko’: “Soy flamenco por los cuatro costaos”
Galardonado en la VII Bienal Flamenca de la ONCE recibirá el premio ‘al artista con discapacidad’, en el teatro ‘Isabel La Católica’ de Granada, el 18 de octubre
Guitarrista con talento... y solera. Lo lleva en su sangre andaluza, siempre vinculado al flamenco. Nunca le gustó medirse con nadie, tampoco en certámenes ni concursos, pero llegó la veterana bienal flamenca de la ONCE y se animó a participar, empujado por compañeros, amigos y alumnos de guitarra, que también los tiene en la sede malagueña de la organización de ciegos, y salió triunfante. La ONCE reconoce pues su talento como artista y lo premia. Y Sergio Molido ‘El Kuko’, el guitarrista malagueño, de 38 años, con discapacidad visual grave, sorprendido y feliz. “Me pilló por sorpresa; en la ONCE hay muchos aficionados al flamenco y muchos artistas; estoy muy contento también por mi círculo de alumnos ciegos del taller. Y... ¡nada! Muy sorprendido pero muy contento”, declara con espontaneidad (0,40 MB).
De raíces profundas le viene su arte al bisnieto de María Romero ‘La Alcatufera’, una bailaora muy popular en tiempos del poeta García Lorca. “La verdad es que tenía muchísimo nombre; hay documentos y escritos sobre ella”, afirma con orgullo de su origen (0,28 MB). “La abuela materna -continúa- era un ‘peazo’ de saetera en Córdoba”, al tiempo que se reafirma: “con la música, yo llevo desde que estaba en la barriga de mi madre”. Y es que el flamenco, en casa de Sergio, “siempre se ha vivido de una forma especial; es una forma de vida”, apunta con conocimiento de causa
(0,41 MB). Las mujeres 'bailaoras' y los hombres guitarristas... Así se explica cómo con ocho añitos tocaba los acordes y reconocía todos los palos flamencos aquel chaval risueño, con problemas de visión, sin parangón a la hora de expresarse con su guitarra. Se crió entre el Perchel, barrio flamenco donde los halla, y Alhaurín de la Torre... ¡Casi que estaba cantado! Sin haber cumplido los trece recorría Andalucía con coros rocieros y algún que otro acompañamiento de altura por andar entre las sagas más flamencas. Y se quedó con el alias ‘El Kuko’, curioso diminutivo de ‘Jamacuco’, en su origen, aplicado a su persona porque “era muy risueño de pequeño y me daban ataques de risa; entonces decían: ‘Al niño le va a dar un jamacuco”, relata divertido mientras reímos y nos desvela cómo finalmente ganó la segunda parte del alias, que va por barrios la preferencia, pues “hay gente que me llama ‘jama’ y otra ‘cuco’ y al final me he quedado con ‘el Kuko’ para los restos”, apostilla
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Y es que cuando suena ‘El Kuko’, el vello de la piel se eriza. Nada tiene que ver contar ‘su música’, o que nos la cuente él con sus variados palos - “A ver cómo te digo
(0,79 MB), los ‘palo’ es... cuando nos referimos a ¿qué palo va a tocar? podemos decir: por bulerías, por alegría, por solea, por malagueñas, por taranta... eso es lo que nos referimos; porque el flamenco es tan amplio, tan rico...”- a tener la oportunidad de escuchar el recreo timbral, de maravilla, que sale de su guitarra. No es lo mismo, no.
Agente vendedor de los productos de juego de la ONCE, que lo es también desde hace diecisiete años, concilia como puede la familia, la guitarra y su trabajo estable en la ONCE. “Hay veces que quedan muy poquitas horas para dormir pero elegí tener una familia, estabilidad laboral y seguir con mi pasión tocando la guitarra porque creo que si no perdería mis raíces. Entonces hay que sacar pecho e internar llevar todo en condiciones hacia adelante”, manifiesta satisfecho (0,62 MB). Está vinculado a la peña flamenca ‘Torre del Cante’ y no hay concierto o festival que se pierda. Repone fuerzas en casa, en familia
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Al fin y al cabo sentimiento y pasión son los colores de nuestro artista “flamenco por los cuatro costaos”, dice (0,03 MB). Razón no le falta, reconocimiento tampoco. Para muestra ¡un botón!
(0,56 MB) Pues eso.
Genoveva Benito