La nueva directora de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE pone el punto de mira en reforzar la dimensión investigadora del centro

Toma aire y... respira hondo. El centro referente en la educación de universitarios ciegos, así como en cursos de postgrado (abiertos estos últimos también a otros estudiantes sin discapacidad visual), está dirigido -desde octubre- por la fisioterapeuta afiliada a la ONCE, con resto visual, Ana Beatriz Varas de la Fuente. “Es un orgullo y una satisfacción personal muy importante; la culminación de una carrera profesional. Pero no era algo buscado... (0,24 MB)”, declara la nueva directora de la prestigiosa Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, adscrita a la Universidad Autónoma de Madrid. Sustituye en el cargo al que fue su director desde 1997, Javier Sainz de Murieta. El listón lo deja ‘muy alto’, pero comparable quizá con el impresionante currículum de la primera mujer que accede a esta responsabilidad.

De primera mano conoce Ana la Escuela que la formó y en la que ha sido profesora titular y ha asumido diferentes cargos de gestión académica. Cumple los 41 en diciembre, nació en Segovia, y la renuncia no es palabra de intercambio en su vocabulario. Con profesionalidad e ilusión arranca su nueva etapa al frente del centro, cantera de tantos prestigiosos fisioterapeutas ciegos.

Iba para médico aquella niña con buenas notas, tan aplicada en los estudios. Pero la preadolescencia se le complicó con una alarmante pérdida de visión, que le llevó a la afiliación a la ONCE por recomendación del oftalmólogo que la seguía en la Seguridad Social. Contaba sólo 14 años, precisaba ayudas ópticas y asumía el proceso sin más...  “con normalidad”, apunta resuelta. Tampoco le quedaba otra que adaptarse a la situación, que sí costó tiempo de aceptación a la familia.

Ella nunca dejó de hacer nada por su problema visual, siempre constante.... Aunque, eso sí, reconoce que esta nueva responsabilidad le pilló casi por sorpresa. Si bien era ‘vox populi’ la inminente jubilación de su antecesor, Sainz de Murieta, “pensábamos que vendría un directivo de otro centro a ocupar su lugar. Yo no he tenido vinculación con puestos directivos de la ONCE (0,74 MB); mi perfil es totalmente académico y estoy aprendiendo ahora lo que es la idiosincrasia institucional, ¿sabes?”, comenta con sencillez, y a reglón seguido relata cómo “de hecho hasta hace poquitos meses no supe que podía sustituir a Javier. Sabíamos hace más de un año que se jubilaba porque lo decía todos los días: ¡estaba más contento que unas castañuelas!”, exclama al tiempo que confiesa que “había cierta incertidumbre sobre quién asumiría su puesto y no pensamos en alguien de la Escuela”.