Un Manifiesto por la revolución educativa
La situación de las personas con discapacidad vive en los últimos tiempos un ritmo trepidante y acude a transformaciones de enorme calado que, por acumulación, pueden pasarnos un tanto desapercibidas, pese a estar llamadas a transformar radicalmente ese estado de cosas y el devenir de un sector social que ronda el 10% de la población mundial. La extensión educativa y su última gran frontera, la formación universitaria, constituyen uno de los factores clave de esa evolución, y -consciente de su peso histórico- el Grupo Social ONCE ha querido acoger el que ha sido ya IV Congreso Internacional ‘Universidad y Discapacidad’, que ha reunido en Madrid a más de 350 especialistas (de universidades, instituciones del mundo de la educación, la discapacidad y las tecnologías, delegaciones gubernamentales...) de 20 países de todo el mundo. Sus conclusiones se han articulado en un Manifiesto auténticamente ‘revolucionario’ que reivindica, a partir de datos empíricos, que la educación inclusiva “ofrece mejores resultados académicos, personales, sociales y económicos para toda la sociedad”.
La principal aportación de los expertos es, así, que la inclusión no es sólo un objetivo de justicia social y solidaridad, sino que, lejos de constituir una rémora formativa para el conjunto, cuando se impulsa con medios y sin cortapisas también al ámbito de la enseñanza superior, se convierte en un motor de progreso al que la sociedad no puede renunciar en momentos de cambio como los que vivimos. Porque, como reconoció en el encuentro la representante del Gobierno español, “no podemos permitirnos perder ningún talento, ninguna oportunidad”.
Convencimiento que, sin embargo, choca con la tozuda realidad, pues en la universidad española estudian apenas 20.000 jóvenes con discapacidad, un 1,7% del total del alumnado. A arrumbar esas inercias que mantienen ese ya insostenible estatu quo llamó precisamente el Congreso organizado por nuestra entidad en Madrid. Como expresó el principal experto internacional en este campo, el canadiense Gordon Porter, “la inclusión va a ocurrir”, porque “es una cuestión de derecho” y revierte, además, en la consecución de una sociedad mejor. Sólo cabe apoyarla aprovechando el viento del progreso o resistirse inútilmente perdiendo tiempo, oportunidades y posibilidades individuales y colectivas de desarrollo. El Grupo Social ONCE tiene muy clara su posición: caminar a favor del futuro, contribuyendo con su propio esfuerzo a empujar el carro de la historia. Y reclamar al tiempo el compromiso de poderes públicos y agentes sociales, para que el apoyo de todos allane el camino de millones de jóvenes.