Las personas con discapacidad piden garantizar su acceso a las nuevas tecnologías para no quedarse “fuera de la carrera de la innovación”
Así lo recoge el manifiesto de Barcelona ‘La tecnología como derecho’, leído públicamente al término del XIV Congreso de CERMIS Autonómicos
El Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI)
y el CERMI Estatal
reclamaron el 30 de noviembre que se garantice que todas las personas con discapacidad puedan acceder a las nuevas tecnologías, con el fin de evitar que este grupo social se quede “fuera de la carrera de la innovación”.
Así lo recoge el Manifiesto de Barcelona ‘La tecnología como derecho’, leído públicamente al término del XIV Congreso de CERMIS Autonómicos, que se celebró en el Hotel ILUNION de la Ciudad Condal bajo el lema ‘La tecnología ¿abre caminos para las personas con discapacidad?’, y que este año ha sido organizado por el Comité catalán junto al CERMI Estatal, con la colaboración de la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona y la Obra Social La Caixa.
“La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad insta a promover el desarrollo, producción y distribución de sistemas de tecnologías de la información y las comunicaciones en una etapa inicial para que sean accesibles al menor coste posible. Los Estados Partes que lo han signado deben garantizar un entorno accesible a fin de que las personas con discapacidad puedan vivir de forma independiente y participar activamente en la sociedad”, recuerda el Manifiesto.
Por ello, el CERMI y el COCARMI piden al conjunto de la sociedad, incluidas las administraciones públicas y empresas privadas, garantizar el derecho al acceso a la tecnología de las personas con discapacidad y diseñar soluciones que permitan a este colectivo su utilización en igualdad de condiciones que el resto de la población.
Apostar por la accesibilidad desde las fases de investigación y desarrollo (I+D) de los productos; proponer soluciones tecnológicas para los diferentes tipos de discapacidad; avanzar decididamente en la reducción de las diferencias en el acceso y uso de los servicios digitales relacionadas con el género, la edad o el lugar de residencia, e incluir en las estadísticas sobre tecnologías de la información y la comunicación la variable de discapacidad, para conocer su uso más en profundidad, son otras reivindicaciones del sector de la discapacidad.
Tras la lectura del Manifiesto, tuvo lugar la clausura del Congreso que corrió a cargo del presidente del COCARMI, Antonio Guillén, y la comisionada del CERMI Estatal para CERMIS Autonómicos, Teresa Palahí, quien insistió en su intervención en la necesidad de garantizar la accesibilidad de las tecnologías y advirtió de que las personas con discapacidad no se pueden quedar atrás en este terreno. “Se trata de un tren al que nos tenemos que subir, pues pueden ser nuestras principales aliadas o un factor de exclusión que nos expulse directamente del sistema”, recalcó.
Por otro lado, Palahí aprovechó para anunciar que el próximo XV Congreso de CERMIS Autonómicos tendrá lugar en Santiago de Compostela, el 17 y 18 de octubre de 2019, y será organizado por el CERMI Galicia junto al CERMI Estatal.
Menor acceso a las TIC
Previamente, se había presentado la ponencia ‘Las TIC. Una oportunidad para la inclusión’, impartida por la directora técnica del Observatori de la Discapacitat Física, Blanca Cegarra, y la directora del Observatori del Tercer Sector, Montserrat Fernández. Ambas expusieron un informe que refleja las diferencias existentes en el acceso a las TIC de las personas con discapacidad respecto a las que no tienen discapacidad en Cataluña, y es que, tal y como destacó Fernández, “las personas con discapacidad tienen un menor conocimiento de las nuevas tecnologías”, por lo que reclamó que se creen espacios de aprendizaje, para lo que es especialmente importante que la tecnología sea accesible.
Como ejemplo del menor acceso a las TIC de las personas con discapacidad, el estudio refleja que, mientras que ocho de cada diez personas utilizan ordenador, esta cifra se reduce a seis de cada diez en el caso de personas con, por ejemplo, discapacidad auditiva. Y este dato empeora además con discapacidades como la visual o con movilidad reducida, entre otras.
“Es indiscutible que asistimos a una revolución digital que está cambiando nuestra forma de relacionarnos y esto nos obliga a hacer una reflexión, pues la información por sí sola no aporta valor. La información ha de ser transformadora y aportar conocimiento para que sea útil”, concluyó Fernández.