La iniciativa 'Hoy Toca el Prado' que impulsa el Área de Educación del Museo con la colaboración de técnicos de la ONCE y diversos profesionales con discapacidad visual, con el objetivo de ofrecer imágenes en relieve de una selección de obras representativas de la colección del Museo del Prado, va a tener continuidad en 2019, año en que celebra su Bicentenario, con la reedición de su exposición itinerante, que ya llevó a cabo entre abril de 2016 y noviembre de 2017, visitando entonces seis sedes: Palma de Mallorca, Girona, San Sebastián, Vigo, Valencia y Sevilla.

Ahora, las adaptaciones de ‘La fragua de Vulcano’, de Velázquez; ‘Noli me tangere’, de Correggio; ‘El quitasol’, de Goya; 'La Gioconda’, del Taller de Leonardo da Vinci; ‘El caballero de la mano en el pecho’, del Greco; y ‘Bodegón con alcachofas, flores y recipientes de vidrio’, de Van der Hamen, volverán a volar desde la sede madrileña del Museo visitando las ciudades de A Coruña, Cáceres, Málaga, Alicante, Zaragoza y Lleida, con el objetivo central de acercar a las personas con discapacidad visual en todo el territorio nacional la mejor pintura de todos los tiempos que atesora la primera pinacoteca del país.

La exposición está compuesta de unas extraordinarias réplicas de las obras mencionadas que pueden ser tocadas y recorridas con las manos para permitir a quienes carecen de visión una ‘nueva lectura del arte’. Se consiguen por medio de una novedosa técnica de reproducción en relieve (desarrollada por los Estudios Durero y denominada Didú), que permite aplicar diferentes texturas y volúmenes para conseguir unas singulares reproducciones táctiles.

Por ello, según han explicado a Servimedia fuentes del Prado, la elección de las obras ha pretendido ser representativa de la diversidad y riqueza de este gran museo madrileño, incluyendo retratos masculinos y femeninos, una naturaleza muerta, una pintura religiosa, otra mitológica y una escena costumbrista, pertenecientes además a las distintas épocas y escuelas que acoge la pinacoteca.

Patrocinada por Fundación Axa, esta exposición se inauguró en la propia sede del Museo del Prado en 2015, y ya en su primera edición itinerante por seis ciudades españolas escogió, en cada una de ellas, una obra de las colecciones locales para adaptarla a relieve (con el mismo sistema que el resto) e incorporarla a la muestra en su correspondiente localidad, donde queda luego como testigo y muestra pública de las posibilidades del fomento de la accesibilidad en el mundo del arte.

El afiliado Alberto Daudén, técnico de acceso al patrimonio de la ONCE, explicó -respecto a la técnica aplicada a estas réplicas- que “es muy importante decidir qué elementos de un cuadro se incluyen y cuáles se dejan fuera” de la adaptación, pues, matiza, “tocar un cuadro no es lo mismo que verlo... El tacto es un sentido analítico, y no podemos sobrecargarlo de información”.

Destaca también cómo las diferentes texturas ayudan a transmitir al visitante ciego distintas sensaciones, que se complementan en esta muestra con un sistema de audiodescripción de cada obra y con carteles en braille que orientan a las personas ciegas a la hora de recorrer los cuadros. “Al fundamental en las obras muy complejas para saber por dónde empezar y cómo interpretarlas”, subraya Daudén.

A los visitantes sin problemas de visión, la muestra les ofrece la posibilidad de utilizar unas gafas opacas que se la impiden para facilitar a todo tipo de público una voluntaria experiencia sensorial que le brindará una nueva dimensión de la realidad artística. Una muestra añadida del espíritu de colaboración entre ONCE y Museo del Prado, que en este año del Bicentenario se materializa incluso en la dedicación de toda una serie de cupones de la Organización a grandes obras de la pinacoteca madrileña.