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Pedro Esquiva: "Yo no me vería sin mi perro guía"
Experto en accesibilidad, ha pulido un novedoso sistema de guiado por móvil para personas ciegas como él
Inconformista y con un gran sentido de responsabilidad, lleva poco más de tres años con el equipo de innovación tecnológica de la empresa murciana Neosistec. Se incorporó a la plantilla, en modo de prácticas regladas, para completar sus estudios de Informática. Y... voilà!, ahora anda feliz, siempre acompañado por su perro guía, sumando su talento a proyectos que cobran realidad, derriban barreras de comunicación y apuestan por la accesibilidad en todos los entornos y para todos los ciudadanos con o sin discapacidad. Así partió la idea básica de crear una señalética que pudieran leer, sin ver, también las personas ciegas. Y aquí entró en juego el joven murciano Pedro Esquiva Gómez de Salazar, de 26 años, y ciego para más señas. El equipo multidisciplinar al que se sumaba, llevaba casi ‘mitad de trayecto’ del desarrollo de un nuevo sistema de marcadores, facilitador de la movilidad y conocimiento del entorno para quien carece del sentido de la vista, de modo que pueda ser utilizado -vía teléfono móvil- con la aplicación NaviLens. Bromeamos, pues, con ser ‘conejillo de indias’ a la hora de probar el sistema; una aventura con final feliz que ya utilizan los usuarios de los autobuses urbanos -y del tranvía- de Murcia con estupendos resultados.
Y es que, “de cara al usuario con discapacidad visual, NaviLens es una maravilla... ¡Ya te digo! -confirma Pedro con entusiasmo (0,34 MB)-. Al ser yo también usuario, lo haces con más ganas, con más ímpetu y con una ilusión extra”, declara cautivado por esta tecnología en la que ha tenido mucho que ver, aportando más de un granito de arena y comprobando de modo práctico su utilidad. “... No como conejillo, ¿eh? -y reímos de nuevo-, pero, claro, sí viví la sensación de ser uno de sus primeros probadores. Además, al ser yo mismo una persona ciega
(0,28 MB), a la postre era la mejor experiencia posible”.
Con detalle, nos cita algunos ejemplos de sus aportaciones al proyecto, como su apuesta por utilizar ”sonidos más rápidos o más lentos, más agudos o más graves para indicar si se ha de ir hacia la derecha o la izquierda... Aunque tienes que acostumbrarte al sistema, una vez lo consigues, utilizas el guiado mucho más rápidamente a través de patrones de sonido (1,28 MB)”.
Pedro saca también su vena más marketiniana apuntando el sencillo funcionamiento de la app una vez instalada, su carácter gratuito o el aprovechamiento de la cámara del propio móvil del usuario para acceder a los marcadores o etiquetas colocados en las estaciones de metro, marquesinas de autobús, entradas a centros culturales, etc. Y todo por y para moverse con libertad y autonomía, sin ver, pero sin tener que preguntar tampoco a nadie, por recintos cerrados, edificios, transportes... A diferencia de otros códigos (véase el ya familiar QR), en este nuevo sistema se aprecia una suerte de código de colores (códigos BIDI) o algoritmo basado en visión artificial; son ‘etiquetas’ que no necesitan ser enfocadas directamente pues son detectadas con la app desde nuestro propio móvil hasta a 15 metros de distancia y nos facilita la información en formato audio. En fin, aplicaciones mil... También personales, para marcar latas o cualquier otro producto en el trabajo o el propio hogar, como no se cansa de apuntar el joven informático. Una tecnología inclusiva, en fin, que se adapta además al idioma en el que el usuario tenga configurado el teléfono... “Nuestro sistema vale de verdad para todo el mundo”, apostilla.