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La Feria Nacional del Vino vuelve a incluir la “cata a ciegas”, de la mano de la sumiller Mª José Huertas

Villahermosa en la presentación de la cata, entre la diputada Jacinta Monroy (a la izquierda) y la sumiller Mª José HuertasCasi una treintena de afiliados de la ONCE tuvieron la oportunidad de catar un total de cinco vinos de la denominación Castilla-La Mancha en una “cata a ciegas” dirigida por la sumiller del Casino de Madrid, Mª José Huertas, en el marco de la Feria Nacional de Vino (FENANVIN), impulsada por la Diputación de Ciudad Real y que se celebró del 7 al 9 de mayo en esa capital castellano-manchega. Es la cuarta ocasión consecutiva en que esta gran cita vitivinícola de nuestro país se acuerda específicamente de las personas con grave discapacidad visual a la hora de programar su actividades, incluyendo una iniciativa de estas características.

El director de la ONCE en Ciudad Real, Lorenzo Villahermosa, participó así de la experiencia -entre otros compañeros- en la jornada inaugural del certamen, que estuvo presidida por las diputadas socialistas Jacinta Monroy y Manuela González, y que -con el patrocinio de Liberbank- tenía por objetivo acercar el mundo del vino a las personas ciegas o con grave discapacidad visual, y mostrar en general -a ellos y a todos los asistentes- que éste es un producto que hay que apreciar activando fundamentalmente los sentidos del gusto y del olfato.

Con este argumento central, la sumiller Mª José Huertas dirigió una experiencia que, a su término, confesó que le había emocionado por sus particulares concomitancias. Lo que le llevó a señalar a los participantes que, “si en el mundo hay alguna cosa en la que no ver puede tener, entre comillas, alguna ventaja, esa es la cata de vinos. Seguro que vosotros tenéis más desarrollados los sentidos del gusto y del olfato; y la vista, en la valoración de un vino, al final no es tan importante”, aseguró dirigiéndose a los afiliados a la ONCE participantes.

La experta les había propuesto en este caso un recorrido por cinco vinos castellano-manchegos “muy interesantes y diferentes”, afirmó, empezando por un blanco afrutado y amable para abrir boca, seguido de otro blanco más fresco y más herbáceo, para pasar por un rosado con cierto amargor y finalizar con dos tintos, uno de uvas tipo Burdeos, más potente y con más madera y cuerpo, y finalmente otro más delicado y equilibrado. En concreto se cataron caldos de Bodegas Reconquista, Bésame Blanco, Pedro Ximénez parcialmente fermentado; de Vinícola de Castilla, Señorío de Guadianeja, Chardonnay Blanco 2018; de Bodegas Pago del Vicario, Petit Verdot Rosado; de Bodegas Verum, Verum Tosca, Crianza, Merlot, Cabernet Sauvignon y Tempranillo 2013; y de Bodegas Hacienda Albae, Hacienda Albae Gran Tempranillo Reserva 2014.

Los miembros de la ONCE calificaron muy positivamente la experiencia por el cuidado y la atención que les prestaron desde la organización de FENANVIN y por el destacado nivel técnico y didáctico de la cata propiamente dicha.