Andrea Durán: "La magia de trabajar aquí es que lo sientes como algo tuyo"
De recepcionista en la Agencia de Vigo a técnico de Gestión de Personas y Desarrollo de Talento en Ilunion
Intensa e inquieta. De 31 primaveras y licenciada en Empresariales por la Universidad de Vigo. Un máster en ‘Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa’ y en curso otro sobre ‘Recursos Humanos’ -“lo finalizaré en diciembre y está muy especializado en mi trabajo actual”, matiza- afianzan su presente laboral y le auguran un prometedor futuro en el Grupo Social ONCE a la joven gallega Andrea Durán Rodríguez.
Afiliada a la Organización “desde que tengo uso de razón, o sea, de toda la vida”, comenta resuelta, conserva un resto visual que le permite manejarse con cierta soltura sin necesidad de usar el bastón blanco ni contar con un perro guía. “Pero yo, si tengo que pedir ayuda, la pido; siempre intento salir del paso”, explica, al tiempo que nos relata que es la menor de cuatro hermanos y que... se desvive por su familia, numerosa por cierto. En Madrid lleva cuatro años, creciendo y aprendiendo. Y desde hace apenas seis meses trabaja con el equipo de Gestión de Personas y Desarrollo de Talento en la cabecera del grupo de empresas Ilunion.
De la mano del Grupo Social ONCE, el primer empleador mundial de personas con discapacidad y uno de los principales, en general, de toda España, corre hoy por hoy la suerte laboral de esta joven natural de Tuy (Pontevedra). Arrancó su periplo cogiendo al vuelo una oferta de formación para futuros mandos intermedios en las empresas del grupo en Madrid. Y también aquí se estrenó en la práctica profesional, en Ilunion Facility Services primero, para seguir luego en Ilunion Hotels y así poder conocer diferentes áreas de negocio desde la base. Porque, reconoce, la mejor manera de aprender es “desde abajo y poco a poco. Ir conociendo todos los departamentos, el Comercial, los Recursos Humanos, la Gerencia...”, explica con entusiasmo. “Es muy importante conocer cómo se hacen las cosas, de dónde vienen, todo el trabajo que llevan por detrás... y por delante, claro”, reflexiona convencida (0,30 MB).
Así por ejemplo, en el corazón de la firma hotelera del Grupo, en el Ilunion Atrium, ha trabajado un par de meses en la Recepción “para conocer realmente y muy de cerca cómo se hacen las cosas teniendo al cliente cara a cara. Trabajar en la operativa directamente con la gente es lo que le da sentido a los negocios, ¿no?”.
Con ganas de aprenderlo todo, o casi, y con una innegable preparación académica, Andrea se muestra cercana y segura en sus convicciones y planteamientos, también en el área que ahora le ha tocado: la ‘Gestión de Personas y Desarrollo de Talento’. Respecto de la que, ya con conocimiento de causa, nos comenta que “nos vamos a centrar en el desarrollo de talento. Sobre todo mucha formación, planes de carrera, también -como ya llevamos tiempo haciendo- (0,44 MB) vía online, para llegar a través de la Intranet a los 36.000 trabajadores que tenemos en Ilunion”. Una gestión de talento con un punto de partida básico enfocado, por tanto, a la formación, en la que no ha de faltar la cultura institucional, como la asunción de pautas de atención a usuarios con discapacidad o la sensibilización en materia de ciberseguridad cara a las nuevas tecnologías emergentes... Cuestiones -afirma Andrea- “que todo el mundo debe conocer. Por eso es muy importante saber que podemos llegar a todos”. El resto, dice, es cuestión de tiempo. Y en ello anda quien fuera aquella brillante estudiante que se sentaba en las primeras filas de clase para poder leer la pizarra, esforzándose quizá un poquito más que el resto, “cogiendo impulso y siempre intentando que los que estén a mi alrededor vean mi discapacidad visual como algo lo más normalizado posible”.
Identifica su etapa universitaria como la de la independencia y el crecimiento personal; contaba con sólo 17 años y la Universidad distaba 20 kilómetros de la residencia familiar, así que, coincidiendo con varias amigas en similares circunstancias, “me independicé y me fui de casa”, evoca risueña quien tanto echa de menos a padres y hermanos que siguen por tierras gallegas...
“Para mí es lo más difícil de vivir aquí, en Madrid, pero sé que, vaya donde vaya, ellos van a estar ahí siempre (0,29 MB)”, refiere al punto de la emoción, de modo similar a cuando recuerda aquel turno de Vacaciones de Navidad de la ONCE en el que hizo las veces de monitora: “una experiencia increíble, creo que fue uno de los mejores momentos que he vivido nunca”, asegura.
Y es que eso de compaginar trabajo y estudios ha estado siempre, en su caso, a la orden del día; cubría, por ejemplo, vacaciones y bajas en la Agencia de la ONCE en Vigo, donde ya la Recepción era su dominio... “En esos años fui interiorizando lo que es nuestra Casa”, asegura con firmeza. Pero ahora es el salto a la capital el que marca su nuevo rumbo: “ha sido todo muy intenso y rápido... Para mí, trabajar en Ilunion y formar parte de la ONCE es lo máximo; lo sientes como algo tuyo. Tiras del carro, quieres que las cosas vayan bien, lo vives con un vínculo especial, como algo tuyo. Es la magia de trabajar en nuestro Grupo Social”, concluye (0,38 MB).
Genoveva Benito