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Francisco López: "Ver cómo se gestan sentimientos es un privilegio"

Francisco López Montellano en una sala de 'atención temprana' en el CRE Madrid Más de tres décadas en 'Atención Temprana' marcan su ruta profesional en la ONCE

Habla por los codos... y comunica con todos los sentidos. Y es que ¿a quién se le ocurre preguntarle por el trabajo que le apasiona y que ejerce desde 1987?

Acaba de arrancar el nuevo curso académico y al madrileño Francisco López Montellano le toca retomar su tarea maestra en la fase de ‘Atención Temprana’, la previa a la educación infantil, con bebés, niños y niñas, ciegos o con discapacidad visual grave hasta los tres años de edad. Él, con 58, sigue sumando conocimiento y aprendizaje pues considera que “nunca es suficiente para estar más y mejor formado”. Superación y pasión van, pues, de la mano en su desempeño profesional especializado tras fichar por la ONCE, con la generación de maestros que aprobaron las oposiciones del 86. La inclusión en las aulas ordinarias de niños ciegos, tal y como como se ve en la actualidad, era por entonces una quimera, apenas un deseo integrador...

La ciudad de la Alhambra fue su primer destino laboral. Había que extender los Servicios formato MP3 audio(1,04 MB). Yo empecé en Granada, donde el trabajador social, el psicólogo y el maestro nos metíamos en un coche y nos trasladábamos a pueblos remotos donde habíamos tenido noticia de que había algún niño ciego, visitarle y ver cómo ayudarlo para que, en lo posible, el chavalín pudiera estar en un colegio como el resto de alumnos...”, nos relata con indisimulado fervor evocando el inicio de su trayectoria. “Recién salido de la oposición, te encontrabas con un equipo solidario, que te apoya... Comenzamos a desarrollar una tarea que creo que, al final formato MP3 audio(0,83 MB), con los años, se está viendo, ¿no?”.

Francisco López Montellano posa en la entrada del CRE MadridEnlaza esos recuerdos con mil y una anécdotas, orgulloso de ser y participar. En seguida le vieron maneras y madera para tratar a los más pequeños (de 0 a 3 años) y el joven e incipiente docente de Primaria, con consideración de ‘profesor de Educación Especial’ en la ONCE, se animó a trabajar con bebés y con sus familias. Corría 1992 cuando, sin dudarlo un segundo, Paco -como le conocen en su entorno-, se zambulló en una catarata de cursos formativos y jornadas impartidas muchas por la propia ONCE, para capacitarse en ese nuevo horizonte, todavía entonces en gestación, de la ‘atención temprana’. Incluso cursó un máster en esta disciplina para redondear su formación específica. Es un largo proceso que requiere un tiempo formato MP3 audio(1,13 MB). Aunque partía de un perfil docente para Primaria, me fue absorbiendo la atención al área Infantil y la Atención Temprana. Ahora no es que no me vea con niños más mayores pero la verdad es que me apasiona el trabajo con los más pequeños y sus familias, fundamentales en todo el proceso”.

Ya en Madrid, desde 1995 -y donde continúa su labor profesional- se afianza y refuerza su preparación junto al equipo pionero en este servicio prioritario de atención que presta la ONCE. Un trabajo interdisciplinar con intervención del psicólogo, el trabajador o asistente social y el especialista en esta atención temprana. Cada uno en su papel, “que más que sumativo es multiplicativo, y que nos exige estar siempre en contacto ante cualquier dificultad y con valoraciones periódicas”, apostilla Francisco.

Saber transmitir seguridad y el importante apoyo a la familia cosecha también, en este sentido, óptimos resultados en el proceso con el menor ciego. Los estímulos se suceden en un aula en el que participan los padres. imprescindible cooperación para superar barreras y enfrentar posibles prejuicios preconcebidos. Para cualquier pareja no debe resultar fácil abordar la ceguera de su hijo... sin contar con ayuda. De hecho, confiesa Paco, “les asusta muchísimo, más que posiblemente otras discapacidades que a lo mejor son más inhabilitantes. Pero, claro, eso lo sabemos nosotros, los profesionales, y hay que convencerles de que el niño puede ir ganando en autonomía, que puede aprender y afrontar muchísimas situaciones...”, explica de corrido el avezado profesional docente. Porque romper los miedos, afirma, supone estar dispuesto a avanzar, pasito a pasito, sin prisas pero sin pausa. El mensaje es: “tú eres el sustento del niño y tienes que estar al cien por cien con él. Nosotros te ayudamos pero eres tú la base fundamental”. Cercanía y empatía también riman, claro. Y es ahí cuando entra en juego “el acompañamiento con las familias, que acaba dándoles la seguridad que necesitan, porque en tanto ellos adquieren esa seguridad se la transmiten a sus hijos”, declara con el sabio convencimiento del progreso, que ya tantas veces ha observado en su veterana tarea profesional. “Atender a niños pequeños es un placer. Te enfrentas a lo que es la discapacidad piel con piel. Al estar con ellos y su entorno familiar, observas desde el minuto cero cuándo y cómo se gestan esos sentimientos y sensaciones que los padres llevan consigo y arrastran desde el principio en su contacto con la discapacidad. Es un placer, un privilegio poder ayudar y ser de utilidad a estas familias formato MP3 audio(0,89 MB), concluye nuestro compañero.

Genoveva Benito