España conquista su octavo entorchado continental de fútbol para ciegos
La selección de la FEDC vuelve a reinar en Europa seis años después y se clasifica para los Juegos de Tokio
Con el pitido final se desataron la alegría y las celebraciones (0,11 MB). Y es que la selección española se había proclamado campeona de Europa de Fútbol-5 (el que practican las personas ciegas), tras derrotar a Francia en la final por 3-1, con dos goles de Youssef el Haddaoui y otro del capitán, Adolfo Acosta.
Era el martes 24 de septiembre y el equipo de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) culminaba así un torneo espectacular, en el que marcó 19 goles y solo encajó uno, asegurándose el billete para disputar los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Pero el camino no fue nada fácil. Esta fase de grupos -disputada en Roma (Italia) el 17 de septiembre- arrancó con victoria de los nuestros por 3-0 sobre Bélgica, pero el posterior empate a cero con Turquía, obligaba al combinado nacional a ganar a la anfitriona Italia. Era la primera piedra ‘gruesa’ que se atravesaba en el camino de los chicos que dirige el seleccionador Jesús Bargueiras, pero supieron superarla sacando a relucir su capacidad goleadora y contundencia; el resultado, un inapelable 4-0 a su favor. Tomada carrerilla, vino luego la goleada por 7-0 ante Rumanía, que metía a la ‘rojita’ en semifinales como primera clasificada de su grupo.
Reportaje resumen del Campeonato emitido por el canal 'Vamos'
Y apareció entonces en el horizonte una vieja conocida: Inglaterra. Como convocada por los propios anglosajones, bajo una intensa lluvia arrancó un encuentro en el que la tensión sobrevolaba el terreno de juego ya antes del pitido inicial. Se sucedían las ocasiones, se lesionaba el portero Pedro Gutiérrez, pero nadie anotaba un gol. Y de este modo se llegó a la fatídica tanda de penaltis. Sergio Rodríguez, sustituto de Gutiérrez, se hace fuerte bajo palos y detiene dos lanzamientos... El lanzamiento definitivo queda en las botas Adolfo Acosta. La pelota se alía con el suspense: el portero británico la toca, el balón sin embargo se desliza lento junto al palo izquierdo de la meta. Y, de repente, la felicidad hasta entonces contenida se desata
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Estamos en Tokio
Primer objetivo cumplido: alcanzar la gran final y obtener, por tanto, una de las dos plazas del campeonato continental que otorgan billete para los Juegos Paralímpicos de Tokio, justo dentro de 12 meses. El gran protagonista del gol definitivo, el capitán Acosta, resumía para nuestra revista (0,12 MB) el encuentro, destacando lo complicado de la victoria.
Y así, con un punto de relax tras la satisfacción por el deber cumplido, llegó el gran día, la cita definitiva por el título. España regresaba a una nueva final europea, tras haber conquistado siete entorchados europeos pero con una racha poco halagüeña estos últimos años.
El rival, clasificado por el otro lado del cuadro, era Francia, una selección conocida, potente y que venía disputando un excelente campeonato. Con un día soleado sobre Roma, la selección española cumplió con sus rutinas: desayuno, activación de 45 minutos, comida ligera y salida para el campo en autobús. Música alta, todos cantando en el vestuario hasta que llega la charla del seleccionador, Jesús Bargueiras (0,15 MB). Y ‘Así Somos’ se coló en ese vestuario para dejar constancia de los ánimos insuflados por el técnico en sus jugadores.
Los himnos nacionales sonaron mientras las gradas se llenaban de público, y -tras el pitido inicial- España salió atacando y generando grandes ocasiones que se tradujeron en el primer gol anotado por Youseff el Haddaoui tras el saque de una falta. La intensidad defensiva del seleccionado nacional le hizo no obstante ir sumando faltas en contra hasta que, a dos minutos para el descanso, un doble penalti para Francia supuso el que iba a ser primer, y único, gol encajado por España en todo el torneo.
Con la emoción del empate, en la segunda mitad un balón dividido junto al área francesa, fue recogido por Youssef el Haddaoui que, de disparo raso y duro, sorprendió al cancerbero rival para batirlo, y anotar el segundo gol en el casillero de España y en su marcador particular. El romano Centro de Preparazione Paralimpica vibró como no lo había hecho en todo el encuentro y en el banquillo español se desataba la euforia (0,12 MB) por un triunfo continental que ya se apuntaba al alcance de los dedos.
Pero no había espacio para la tregua. Quedaban suficientes minutos para que cualquier cosa pudiera ocurrir y, a partir de ahí, ambas selecciones lucharon en una bonita batalla futbolística, llena de intensidad y tratando de conseguir aumentar el marcador. Las defensas, sin embargo, se impusieron a los atacantes en prácticamente todos los lances. Hasta que, a falta de dos minutos, una jugada individual de Adolfo Acosta, con tiro raso, sirvió para anotar el gol definitivo, ‘marca de la casa’, que proclamó a España campeona de Europa por octava vez en su historia.
Con el himno español, la entrega de medallas y la copa, finalizaba un torneo impecable. Título, pasaporte a Tokio, un solo tanto encajado en toda esta fase final y con Antonio Martín Gaitán, ‘El Niño’, como máximo goleador con seis tantos. Pletóricos de emoción, y marcados por el cansancio, tocaba regresar a casa, en un vuelo en el que el piloto quiso también sumarse a la felicitación (0,23 MB).
Y con un soberbio recibimiento en el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, que ponía fin a una aventura de 10 días de campeonato, siete meses de concentraciones y mucho, mucho esfuerzo de todos y cada uno de los componentes de esta selección. ¡Enhorabuena, campeones!
Jaime Mulas