La ONCE afronta el reto de la soledad con un ambicioso programa para su población afiliada
‘A tu lado siempre’ implicará a su estructura institucional y de Servicios, al movimiento de voluntariado y a entidades externas públicas y privadas
“Este es un programa pensado para, por y con nuestros mayores, concretamente los mayores de 55 años”, reflexiona Imelda Fernández 
(0,62 MB), vicepresidenta 4ª del Consejo General de la ONCE y coordinadora global del nuevo programa ‘A tu lado siempre’ que la Organización acaba de poner en marcha como uno de los proyectos clave en el presente mandato de gobierno como herramienta de lucha contra la soledad no deseada. Su objetivo central es, precisamente, prevenir y atenuar estas situaciones, en especial entre los mayores, un reto para la sociedad moderna en su conjunto, pero con perfiles muy específicos entre las personas con discapacidad y, por supuesto, entre el colectivo de afiliados a la ONCE.
La soledad no deseada es un fenómeno generalizado en nuestro entorno. Según las más recientes estadísticas, el 31% de las personas mayores europeas viven solas, y en España existen 4,7 millones de hogares unipersonales, en el 42% de los casos correspondientes a mayores de 65 años y fundamentalmente mujeres. Pero la vida individual no conlleva, en sí misma, una condición de soledad; otros factores pueden conjurarse para hacer que su sombra planee sobre nuestras existencias. Entre ellos, los expertos destacan precisamente el hecho de tener alguna discapacidad y otros a veces confluyentes como ser mujer, la mencionada edad avanzada o la escasez de recursos. Hay, en definitiva, muchos tipos y variantes de soledad.
Por eso la ONCE viene trabajando desde hace años para combatir los efectos de esta situación en concreto entre su población afiliada y ha diseñado ahora un programa multidisciplinar, un enfoque y una estrategia multipolares para afrontar estas realidades y darles la más efectiva respuesta, porque nosotros -afirma Fernández- “somos un puro reflejo de la realidad social”. Y, recuerda, “en esta materia vamos por delante incluso de la sociedad, nos preocupamos por las propuestas de la sociedad civil e incluso de los partidos, pero estamos convencidos de la necesidad de seguir mejorando”.
En ese objetivo, se arranca en este primer semestre de 2020 con la elaboración de un estudio, cualitativo y cuantitativo (con expertos y cerca de un millar de entrevistas a afiliados), respecto a la soledad y su vivencia entre nuestro colectivo, nos explica (0,25 MB) su máxima responsable. Se diseñará así un perfil de las personas afectadas y se valorarán posibles intervenciones individualizadas, con la colaboración de agentes muy diversos. Por supuesto en un programa por fases y que incorporará el reforzamiento de los Servicios que se estime necesario pero también la mejora y extensión de los canales informativos para que todos los afiliados conozcan los recursos internos y externos a los que pueden acceder, según Imelda Fernández (0,27 MB).
El reto inicial es aprovechar al máximo los propios Servicios sociales de la ONCE, cuya Dirección General Adjunta aborda el proyecto, junto al Consejo General, con su acreditada estructura técnica. También se cuenta con los representantes de los afiliados radicados en los correspondientes Consejos Territoriales; con los denominados ‘referentes del mayor’ en cada una de las estructuras autonómicas de la Organización; con el movimiento del Voluntariado e incluso con instituciones y empresas ligadas al sector cuya colaboración pueda contribuir a afrontar este combate frente a la soledad, como recuerda la responsable (0,42 MB) de la ONCE. “Coordinar toda esa movilización de recursos parte de asumir que se trata de un trabajo en equipo, una estrategia que siempre multiplica resultados y reduce esfuerzos”, matiza.
Cada Territorial va a contar así con una Comisión de la Soledad que se espera estén constituidas a lo largo de este próximo mes y que se reunirán cada dos meses para pasar revista a los casos con los que se está trabajando, además de -explica Imelda Fernández (0,69 MB)- “reunirse semestralmente para poner en común sus avances con el correspondiente Consejo Territorial y con el referente del mayor de su región”.
Un movimiento de respuesta general
Lo cierto es que el propio Estado, y no sólo en nuestro país, ha comenzado a preocuparse por una situación que se extiende aceleradamente y que está condicionando la realidad social y constituyéndose en un problema global que exige respuestas coordinadas “de todo el tejido social”, según ha reconocido en España el Imserso, órgano gubernamental responsable de las políticas que afectan a las personas mayores.
Ya en 2015, Fundación ONCE y AXA llevaron a cabo un estudio estadístico sobre ‘La soledad en España’, como primer acercamiento a esta cuestión, tanto de la población española en general como de la población con discapacidad en particular, y muy especialmente su colectivo de afiliados y afiliadas. Entre estos últimos, el 26,41% de los que son mayores de 55 años viven solos. Son 11.719 personas con un riesgo añadido de experimentar una situación de soledad no deseada; así lo pudieron constatar los técnicos de los Servicios sociales ONCE al llevar a cabo, en 2017, una acción por la que visitaron a 1.700 de ellos que vivían solos en sus domicilios y que recientemente no habían recibido servicio o prestación alguna de la ONCE.
Ello a pesar de que un centenar de trabajadores sociales de la entidad se les acercan diariamente por todo el país para vivir a su lado y tratar de dar salida a las problemáticas que les afectan. Y a que áreas como animación sociocultural o promoción deportiva impulsan su oferta de actividades para motivar su interés y movilización inclusiva, en especial -de cara a este sector social de mayores- con programas como el de Envejecimiento Activo y Saludable o la motivación para su alfabetización tecnológica, “que les abre múltiples oportunidades frente a la soledad como participar en audioconferencias que les permitan participar y estar al día desde su propios hogares”, como recuerda la vicepresidenta (0,37 MB).
Junto a éstas, otras opciones ya rodadas y de probado éxito, como la oferta de Vacaciones Sociales (muy singularmente el turno ‘Navidad en familia’) o la inclusión en el programa de vacaciones del Imserso, junto con aquellas actividades programadas desde los más de 50 Clubes de Mayores que mantienen las Delegaciones Territoriales, Direcciones de Zona y Direcciones de Apoyo, incluido el siempre positivo contacto con las familias de los afiliados. En definitiva, muchos mimbres para intentar afrontar una realidad que a nadie escapa y cuya coordinación y optimización ha impulsado el diseño de esta iniciativa ‘A tu lado siempre’.
La idea es que el programa complemente además otro que ya funciona desde 2012, el Plan Oncerca, un proyecto institucional de visitas con el objetivo de acercar a trabajadores, otros afiliados e incluso directivos y mandos de la Institución a aquellas personas ciegas o con grave discapacidad visual que -por sus circunstancias personales- mantenían una menor o más esporádica relación con la ONCE, tanto desde un punto de vista institucional como de prestación de Servicios. Un programa que ha ido también ganando en presencia en estos años y que en el presente mandato se está reimpulsando con mayor energía, teniendo prevista la celebración de un importante Seminario de valoración a finales del presente año. Ahora, ‘A tu lado siempre’ aprovecha la información recabada por este Plan y la pone en valor desde su estrategia de -en palabras de Imelda Fernandez- “escuchar, detectar y resolver”.
Compromiso de los centros
Con este marco, el programa arranca en 2020 de la mano del compromiso directo de los centros ONCE que, a partir de los casos detectados por las correspondientes Comisiones de la Soledad, actuarán sobre una serie de parámetros:
- Implicación de las áreas de Animación socio-cultural y Deporte, con su oferta de recursos y actividades, sin olvidar a la población rural (más dispersa y con dificultades de acceso a los centros), fomentando que se integren en iniciativas de su propio entorno: centros culturales, asociaciones de amas de casa, aulas de mayores, club del jubilado, etc. Crear, en definitiva, una red social de apoyo, clave sobre todo en el medio rural.
- Orientar al afiliado sobre opciones de accesibilidad que favorezcan su autonomía, con especial atención a personas con sordoceguera, asesoramiento en negociaciones con comunidades de vecinos en torno a sus necesidades, etc.
- Fomento del voluntariado (incluido el telefónico y las opciones de conexión simultánea multilateral con varios afiliados al tiempo), favorecer los contactos entre ellos, atender especialmente a personas con sordoceguera, persiguiendo la captación de voluntarios con conocimiento de lengua de signos y dactilológica, etc.
- En materia de deporte de base, favorecer la actividad física o deportiva ligera, con actividades individuales y grupales, buscando voluntarios con el perfil adecuado para instruirles y monitorizarles.
- Realización de talleres que contribuyan a mejorar los recursos psicológicos y emocionales para afrontar la soledad, en concreto en momentos como el paso a la jubilación, separaciones y divorcios, cambios de domicilio o incluso de ciudad, fallecimientos de personas cercanas y procesos de duelo, situaciones de abusos o violencia, etc.
- Cursos y talleres de habilidades sociales, alfabetización digital y uso de nuevas tecnologías, para prevenir o atenuar el impacto de la soledad.
- Favorecer la creación de grupos de intereses compartidos que aborden actividades en común: visitas a museos (con posible colaboración del servicio de voluntariado); actividad física (con alguna disciplina o bien participando en clubes de ‘fans’ de equipos de Grupo Social ONCE, etc.).
- Animar a las personas que se incapacitan o jubilan a participar como voluntarios en este terreno, como medio para mantener una actitud activa ante su nueva etapa vital, e interactuar y ayudar a otras personas.
- Desarrollo de actividades de solidaridad e intercambio intergeneracional.
- Acciones de sensibilización, asesoramiento y colaboraciones con recursos y entidades comunitarios en poblaciones en las que residan estas personas. En esta línea, colaborar con recursos, asociaciones y entidades públicas locales en el fomento y adaptación de actividades en las que pudieran participar. También formar y sensibilizar a personas clave en la comunidad (profesionales de salud y de atención social primaria, profesionales del ocio y la cultura, personal de residencias y centros de día, etc.).
- Identificación/participación en iniciativas privadas locales, provinciales o autonómicas cuyos objetivos estén enfocados a paliar la soledad, de forma que nuestro colectivo de afiliados pueda beneficiarse de las mismas: coviviendas, mayores que comparten su casa con estudiantes o con otra persona de su misma generación (Programa Hogar y Café, por ejemplo), entidades de voluntariado especializadas en el acompañamiento de mayores, creación de redes entre sí y con su entorno, etc.
- Fomento de la participación de este colectivo en actividades culturales y de ocio que puedan incorporar acceso remoto (debates y presentaciones, talleres, juegos tipo trivial, asambleas, clubes braille o mayores, tertulias sobre temas de actualidad, etc.).
- Talleres de intervención grupal con personas de estas características para trabajar aspectos que les sean beneficiosos de manera común y generen vínculos que les puedan ser de utilidad a todos e interactúen.
En conclusión -resume la vicepresidenta 4ª (0,80 MB)- “un reto que a todos nos convoca, por lo que agradezco de antemano la implicación de profesionales, trabajadores, voluntarios, etc., y en el que tendremos que aprovechar todos los resortes a nuestro alcance... Seguro que conseguimos avanzar para que cada vez menos de nuestra gente se sienta sola”.
Fernando García Núñez
