Son dos de los 22 'Mejores vendedores 2019' de los productos de juego de la Organización, galardonados en la reciente gala 'Buena Gente ONCE'

Con duende. Casi 20.000 ‘centinelas de la ilusión’ componen la plantilla de trabajadores de la ONCE en su tarea a pie de calle vendiendo sus productos de juego responsable. Los tiempos corren y cambian..., y no siempre juegan a favor en su labor imprescindible para el sostenimiento de los servicios sociales la Organización de ciegos.

La elección de los 22  ‘Mejores vendedores’ en representación de tod@s sus compañer@s está hecha y el homenaje también, con escenario en Madrid, tal y como se viene haciendo desde hace ya 13 años. Y El Grupo Social ONCE, con su presidente y su director general al frente, les dedica una entrañable y sentida gala que se alarga con diversas actividades durante todo un fin de semana en la capital.

Lázaro Nicolás González González y Dolores López Fernández, en nombre de las Delegaciones Territoriales de Murcia y Málaga, respectivamente, son dos de esos 22 protagonistas que lo han disfrutado este año en primera persona. “Muchas gracias (0,66 MB). La verdad es que no me esperaba algo así; trabajo el día a día y me doy por recompensado con el sueldo y con vender bien”, declara al borde de la emoción Lázaro, 51 años, natural de Perín, “Cartagena, Murcia”, matiza de corrido. Le brilla también la voz a Dolores, ‘Loli’, de Marbella, con 47 primaveras, al recordar su experiencia en la gala en la que, “con algunos nervios, claro”, recogió su merecido reconocimiento. “Te emocionas porque una tampoco está acostumbrada a que todos los días te den un homenaje...”, explica sonríente (0,33 MB); y confiesa, a renglón seguido, que “fue una gran satisfacción; no esperaba algo así... ¡Si todo el Grupo ONCE estaba allí!”.

Aplausos y muchas emociones hubo en aquella noche de celebración, la del viernes 7 de febrero, para guardar en el recuerdo. Todos hablaron en público y recibieron algún que otro presente como ese ingenioso cupón con el rostro del protagonista como motivo gráfico... “Comenzamos los festejos la tarde-noche del viernes y terminamos el domingo por la mañana con la vuelta a casa. Estuvimos en espectáculos, compartimos varios almuerzos y muchas charlas, además de visitas turísticas por la ciudad... ¡Una maravilla!”, rememora Loli. Se sucedieron así anécdotas y dedicatorias, algunas  entrañables, como la de Lázaro y su padre, que a sus 86 años fue su acompañante en el homenaje. O cómo se partía de risa viendo a sus amigos en un vídeo previamente grabado y dedicado en el que se refieren a Lázaro como ‘the best’ (el mejor) mientras hacen parodia de sus gustos y preferencias al más puro estilo televisivo de un... ‘Pasa palabra’. Para Loli, en su momento de gala, se montaron un sinfín de imágenes familiares, acogedoras, entrañables, acompasadas con la música y voz de Manuel Carrasco, uno de sus cantantes preferidos. Y ella, emocionada, por supuesto.

“La sonrisa, siempre en la cara”

En comparación con Lázaro, que lleva la friolera de 25 años vendiendo los productos de juego de la ONCE, Loli, sin embargo, está casi de estreno en estas tareas laborales. “El 1 de febrero he hecho cuatro años, soy prácticamente nueva como aquel que dice”, apostilla con gracia. Se afilió tiempo atrás, allá por 2011, por sus problemas con la retina que le han dejado prácticamente ciega. Se maneja ya con el bastón blanco con bastante soltura, y siempre tiene una sonrisa y un pensamiento positivo que regalar. “Tengo la gran suerte, dentro de la desgracia, de haber ido perdiendo la vista progresivamente”, nos comenta. Así la adaptación es progresiva, aunque también muy dura, sin duda (1,07 MB). La simpatía es quizá su mejor arma a la hora de trabajar; por eso su premisa es salir de casa con la sonrisa puesta. “Mira, la sonrisa siempre tiene que estar en la cara; los problemas que tengamos hemos de dejarlos en casa”, declara con aplomo (1,38 MB).

Por su parte (0,53 MB), “ser amable con todo el mundo, incluso con quien no se lo merezca” parece ser la prioridad en el concepto de venta de Lázaro González. Ingenioso, divertido... le costó admitir que no veía bien. Las revisiones oftalmológicas lo delataban pero él seguía en sus trece, a pesar de saber que de nacimiento tiene, en ambos ojos, el nervio óptico atrofiado. Y mira que su padre le aconsejó bien, y también los especialistas: “todos me recomendaban ONCE, ONCE, ONCE, pero yo tenía muchos pajaritos en la cabeza, en la edad del pavo”, rememora y continúa su relato (1,13 MB): “hasta que un día me caí del burro. Tenía 22 años e inicié los trámites de afiliación... y hasta hoy”. El mundo del motor era su afición, los coches, las motos... Nunca le faltó trabajo, eso sí, precario: mucho y mal pagado. Hasta que abrió los ojos con la ONCE. Ahora vende de sol a sol y lo hace con gusto. Aunque no todos los días son iguales, por supuesto. ¿Su mejor consejo? “Intentar ser buena persona, agradable. Tendrás malos momentos y te encontrarás con gente que... a mí me han dado el día, a lo mejor sin pretenderlo, pero en fin, piensa que mañana sale el sol otra vez y tendrás que ponerte ‘otra vez’ las pilas”. Lo que se traduce, explica, en “salir a la calle, buscar a tu clientela, ofrecer el producto (el cupón, el rasca o lo que toque en ese momento) y dar el mejor servicio posible por ejemplo, si te piden cambio y aunque no te compren... Así vas haciendo amigos, y unos compran más, otros menos, algunos nada... Pero el secreto es ser siempre positivo (1,50 MB)”.

Genoveva Benito