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Alicia Álvarez y Marcos Bernardo: “Una discapacidad no es un límite..., te ayuda a esforzarte más”

Alicia (arriba) y Marcos muestran sus  respectivos diplomas en el acto de reconocimientosSon dos de los 47 alumnos más brillantes de Asturias, reconocidos el pasado curso con los Premios Extraordinarios del Principado

Talento y discapacidad visual van a la par con su esfuerzo personal. Y por eso brillan entre los casi 50 ‘mejores estudiantes asturianos’, que fueron galardonados con el Premio Extraordinario del Principado de Asturias correspondiente al pasado curso académico. Alicia Álvarez Díaz y Marcos Bernardo García, de 16 y 17 años respectivamente, tienen ‘esa edad’ en la que cambian de opinión con facilidad, aunque sí tienen claro que, sin esfuerzo personal, nada se consigue... 
Cursan ya 1º de Bachillerato. Él por Ciencias, ella en la rama Social. Y remataron Secundaria, la etapa educativa precedente, con tan importante reconocimiento: el del Principado de Asturias a sus mejores alumnos. Tanto Marcos como Alicia recibían el premio ‘al esfuerzo personal’ en ese ciclo educativo que, a buen seguro, mantendrán siempre en su memoria. Y no es para menos.
Hubo emoción y nervios, en el Conservatorio de Oviedo, durante la ceremonial entrega de diplomas y reconocimientos, con la participación y aplauso del presidente del Principado, Adrián Barbón, en primera línea de autoridades. “Para mí significó mucho más que un simple boletín con tus notas, en el que te pone que has aprobado la ESO y superado el curso”, confiesa Alicia, quien rememora aquel pasado 30 de enero, con gran entusiasmo y felicidad. "¡Sí, vale! Tienes unas calificaciones conseguidas por tu esfuerzo... Pero que te hayan dado un premio por ello y tengas un reconocimiento de otras personas, que te están felicitando por haberlo conseguido... para mí vale muchísimo, ¡más que cualquier otra cosa!”, apostilla pletórica formato MP3 audio(0,43 MB).

Marcos, junto a su perro, en un paisaje nevadoMás comedido en sus expresiones, Marcos se pronuncia no obstante también con total sinceridad, y confiesa que los nervios le dominaron a la hora de su intervención de agradecimiento. “Me puse muy nervioso cuando tuve que salir a hablar ante tantas personas; por lo demás estuvo muy ‘guay’, y le di la mano al presidente al recoger el diploma...”, explica. Marcos espera no haberse olvidado de nadie cuando recitó su listado de agradecimientos... “Aunque nervioso, quise dar las gracias, eso sí, a toda la gente que me ha ayudado durante estos años: a mis profesores, a los de la ONCE, a los del aula hospitalaria..., y a mi familia”, comenta a nuestra revista formato MP3 audio(0,49 MB).

Conservan ambos un resto visual aprovechable que agudizan hasta el ingenio para sacarle el máximo partido. Y es que el esfuerzo, cuando no se ve bien, se duplica en todos o casi todos los sentidos, también en el estudio. Los dos se decantan, cómo no, por las nuevas tecnologías, con alguna que otra adaptación si es necesario, y confiesan recurrir muy poco al tradicional sistema de lectoescritura utilizado por las personas ciegas, el braille. “Me inclino más por los audiolibros, por ejemplo”, comenta la joven gijonesa, afiliada a la ONCE desde niña. Le atraen especialmente los temas sociales y confía su futuro profesional por esa vía; para ello se prepara desde el Bachillerato, que realiza en el centro Montevil, en Gijón, con las miras puestas en la Universidad Laboral de la misma ciudad. Eso sí, sin dejar de hacer teatro con la agrupación ‘La esfera’, que impulsa la ONCE en Asturias.
Y de las artes escénicas de Alicia a los deportes marciales de Marcos, como referentes de sus respectivos perfiles. Desde niño ha practicado judo y más tarde kárate y boxeo, que retomará -dice- en cuanto mejoren sus ojos. Y es que en los últimos tres años no lo ha tenido muy fácil debido a unas 15 operaciones oculares y un trasplante de córnea. Desde luego tiene un más que merecido ‘premio al esfuerzo personal’. Va por ciencias puras, tal y como dirían los ortodoxos de antaño, y no es nada fácil. Las matemáticas son su fuerte y la química le resulta, asegura, de lo más accesible. “A mí me atraen las ciencias”, señala con aplomo formato MP3 audio(0,37 MB). Alicia (segunda por la derecha) durante una representación de 'La Esfera'

Y de momento no se le da nada mal ayudado por su gran coraje y un enorme esfuerzo. Le encantan los animales y sueña con ser veterinario. “Pero no sé si podré hacerlo a causa de la vista”, dice con un tembloroso hilo de voz. Así que baraja también la posibilidad de formarse profesionalmente como entrenador o adiestrador de perros. Y en ello anda, cogiendo práctica con su propio perro labrador. Lo que está claro es que, si no lo intentas, no sale, seas o no una persona con discapacidad.
“No sé, siento que con el tema de la discapacidad puede que tengas unos límites”, reflexiona por su parte Alicia, y continúa: “cierto que si al final acabo yendo a la universidad, como a todo el mundo me va a servir mucho más para mí, para mi autoestima, y para sentirme mejor y ver que una discapacidad no es un límite sino que simplemente te ayuda a esforzarte más. Y cuando consigues lo que quieres te sientes más orgullosa”, concluye formato MP3 audio(0,52 MB). Pues eso, con un beso o dos.

Genoveva Benito