FIAPAS agradece las iniciativas de elaboración artesanal de mascarillas transparentes, pero previene respecto a su seguridad y usabillidad
La Confederación de familias de personas sordas avisa también sobre la dificultad de comunicación que deriva la generalización del uso de mamparas
La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS)
ha hecho público un comunicado de agradecimiento a las múltiples iniciativas de particulares proponiendo elaborar mascarillas transparentes, con vistas a favorecer la comunicación de las personas sordas, entre sí y con otras personas oyentes, mediante la lectura de labios. Al tiempo que este agradecimiento, FIAPAS expresa la que considera necesaria clarificación pública -desde “una voz autorizada”- respecto a la validez e idoneidad de dichas mascarillas para ser utilizadas con seguridad, como material higiénico y de protección para la prevención de contagios por el Covid-19. La Confederación ha avisado, además, sobre el problema de comunicación añadido para las personas sordas que supone la actual generalización de la instalación de mamparas de cristal y metacrilato en todo tipo de comercios y servicios.
Por ello planteó sus dudas y preocupación a los Ministerios de Sanidad y de Industria, cuya respuesta ha trasladado a través de su propia web (https://bit.ly/NI-mascarillas). Al respecto destaca esta Federación la extensión de recomendaciones (y, en muchos casos, incluso obligatoriedad) del uso de mascarilla en espacios públicos para la población en general. Por eso considera “fundamental” el conocimiento de los requerimientos legales y de fabricación que les afetan, incluidos el diseño y los materiales utilizados, que “deben encontrarse entre los autorizados” por criterios de filtración bacteriana y por garantizar la respiración y que no irriten la piel de su usuario por la falta de transpiración.
“Con la mejor voluntad, se pueden generar expectativas en torno a productos que no cumplen estas condiciones”, señala la nota de FIAPAS, en materia de protección, seguridad e higiene necesarias, para que puedan ser utilizadas por personas oyentes en su comunicación con las personas sordas. Y cita expresamente entre ellos a los profesionales que prestan servicios de rehabilitación y otro tipo de apoyos a niños y adultos con sordera, “y también entre las propias personas sordas para comunicar entre sí”, matizan.
FIAPAS estima, por supuesto, que las mascarillas que permiten visibilizar la boca y la expresión facial del hablante constituyen “una buena idea” y “un recurso para facilitar la comunicación de las personas con sordera”, en especial las que utilizan la lectura labial como recurso de apoyo en su comunicación y como refuerzo de la escucha que le reportan sus prótesis. Pero, advierte, “debe tratarse en todo caso de productos que cumplan con los criterios de aceptación establecidos legalmente”.
Mamparas de aislamiento
La Confederación ha advertido, por otro lado, que la generalización de mamparas, como medida de protección para prevenir el contagio del Covid-19, va a ser una dificultad añadida a las barreras de comunicación que encuentran las personas con sordera en el entorno -especialmente las usuarias de prótesis como audífonos o implantes- y comunican en lengua oral, si su instalación no se complementa con la de otros productos de apoyo para la accesibilidad auditiva, como el bucle magnético. Las mamparas, avisan, "amortiguan el volumen de recepción del mensaje hablado y entorpecen la inteligibilidad del habla. Dificultades crecientes cuanto más contaminado por el ruido ambiente se encuentre el entorno en que se instalen".
Por todo ello, solicitan como prioridad la instalación de bucle magnético en todos los espacios protegidos por mamparas y que éstas reúnan requisitos respecto a sus materiales de construcción y su mantenimiento. Exigen así que sean "totalmente transparentes", sin elementos decorativos ni obstáculo ninguno a su plena visibilidad de uno a otro lado de la misma, para favorecer la lectura labial.