“Remontar sin miedo, pero con todo el respeto y la prudencia del mundo”. Este es el diagnóstico y la consecuente prescripción que envía a sus decenas de miles de integrantes el presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda, para esta singular hora que el coronavirus nos ha impuesto, en España y en el mundo. Una ‘receta’ que parte antes que nada del recuerdo y el cariño por quienes se han quedado inopinadamente por el camino de la pandemia, y de la solidaridad con todas sus familias. Los integrantes de este enorme grupo humano (más de 72.000 afiliados y otros tantos trabajadores, distribuidos por todo el país) saben, además, que en su conjunto pueden sentirse unidos por un histórico cordón umbilical que les convierte desde un punto de vista colectivo precisamente en eso, en una gran familia común. De modo que la memoria, el dolor y la preocupación son sentimientos que viven intensamente compartidos; pero también la esperanza, la vivencia de la crisis como una auténtica ventana de oportunidad.