Reto: conseguir la normalización e inclusión educativa en tiempos del "prohibido tocar"

Cerca de 7.300 estudiantes ciegos y con discapacidad visual grave de toda España afrontan estos días su #VueltaAlCole ante la 'nueva normalidad', bajo iguales condiciones al resto de sus compañeros, ya que más del 99% de estos alumnos y alumnas estudian en centros ordinarios.

La vuelta a las aulas de este alumnado se ciñe a las instrucciones marcadas en cada comunidad autónoma y al plan de actuación diseñado por cada centro escolar en función de sus características.  

Por ello, para garantizar su plena inclusión en el entorno educativo, más aún en las actuales circunstancias, alrededor de 430 maestros y maestras itinerantes, de las diferentes administraciones educativas y de la propia ONCE, que conforman los equipos específicos de atención educativa a la discapacidad visual, vienen trabajando las últimas semanas para adaptar su atención no sólo de forma individual a cada alumno o alumna, sino a fin de cubrir las necesidades surgidas como consecuencia de la covid-19 en todo lo relativo a su inclusión en las aulas.

Ante el panorama que se presenta al menos en el corto plazo y en plena pandemia, estos más de 400 maestros especialistas en atender al alumnado con ceguera o discapacidad visual, van a jugar un papel muy importante, más si cabe que en años anteriores. Y es que las medidas de distanciamiento social y el “prohibido tocar”, premisas contrarias al proceso de inclusión y normalización de estos alumnos y alumnas, plantean un escenario “complicadísimo” según Mar del Blanco, maestra itinerante de la ONCE que atiende a un total de 14 alumnos y alumnas ciegas en Leon, y en cuya opinión (1,08 MB), "hay que estar muy atentos tanto al aprendizaje de contenidos como a la salud emocional de estos niños y niñas".

Para Mar, todas las medidas anticovid reman en contra de la necesidad de contacto y cercanía que estos niños y niñas necesitan especialmente para aprender, ya que, a menudo, "sus manos son sus ojos". Por eso "hay que extremar", apunta Mar (0,69 MB), las medidas de seguridad que vienen perfectamente recogidas en el manual de recomendaciones post-confinamiento (0,06 MB) que la ONCE editó  hace unos meses para todos sus afiliados y afiliadas y que " los maestros de la ONCE debemos también divulgar en los centros escolares en donde trabajemos. Yo, desde luego, ya lo estoy haciendo", asegura  (2,22 MB) esta maestra de la ONCE con 33 años de experiencia a sus espaldas.

De estos 430 maestros y maestras, un total de 37 son también, además, ellas mismas personas ciegas o con discapacidad visual grave, que ofrecen la misma atención educativa a sus alumnos, con ayuda de sus necesarias adaptaciones. Todo ellos y ellas forman parte de los Equipos Específicos de Atención a las personas con discapacidad visual que dan apoyo a los alumnos afiliados en sus centros educativos (en su casi totalidad colegios ordinarios, públicos, concertados o privados), a partir de los convenios de colaboración suscritos entre la ONCE y las diferentes Administraciones Educativas.

Otra de ellas es Belén Juan Sopeña, maestra itinerante de la Junta de Castilla–La Mancha, con más de dos lustros también dando apoyo educativo a niños y niñas con discapacidad visual, entre ellos tres hermanos afiliados a la ONCE que cursan en distintas etapas educativas, desde Primaria hasta FP. En su opinión, "hay que procurar que también estos niños y niñas con discapacidad visual estén en los colegios de la manera más normalizada posible" asegura  (2,47 MB). Está absolutamente convencida (1,08 MB) de que las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta fundamental en la educación actual, aunque -reconoce- en el caso del alumnado con discapacidad visual aún está pendiente la "inaccesibilidad" de una gran mayoría de las plataformas educativas que se utilizan, extremo que, según Belén, habría que solucionar ya (0,82 MB)  

Refuerzo digital para una formación semipresencial

Teniendo como referencia el pasado curso escolar, marcado por la educación online durante el periodo de confinamiento (en el último trimestre), la ONCE ha impartido ya a los maestros de la entidad un curso centrado en desarrollar y reforzar las competencias digitales para el apoyo de la escuela a distancia. Se estima que más del 40% de los 7.273 estudiantes con discapacidad visual recibirá durante este curso una formación semipresencial, según las instrucciones dictadas por las Administraciones Públicas Educativas y de acuerdo con las previsiones actualmente establecidas, en respuesta a las normas sanitarias implantadas en los centros. Para garantizar que estos estudiantes sigan el curso, maestros y maestras de la ONCE, integrantes de estos Equipos Específicos, reciben durante estos días (en el arranque del nuevo curso académico) una formación dirigida a desarrollar y reforzar sus competencias digitales que les faculte en el apoyo de la escuela a distancia, en la medida que se implemente a lo largo del presente curso, así como para adaptar los recursos necesarios.

Esta formación se centra en repasar conceptos básicos de herramientas ofimáticas; usar diferentes navegadores en internet buscando la máxima accesibilidad e idoneidad de acuerdo con los correspondientes contenidos; conocer y manejar diferentes plataformas educativas y otras  de conexión por audio o videoconferencia; facilitar estrategias para revisar la accesibilidad de los recursos educativos digitales; proporcionar distintos recursos TIC que facilitan la elaboración de procesos digitales accesibles; proporcionar pautas y estrategias de formación a distancia con los alumnos con discapacidad visual y mejorar la productividad de los profesionales mediante herramientas TIC.

Para Milagros Boubeta, maestra específica de la ONCE en el Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE en Madrid, que -como Mar- ha realizado ya este curso, aunque "lo digital ha venido para quedarse" afirma (0,62 MB), el objetivo irrenunciable de los profesores de la ONCE, aún en este escenario tan complicado y cambiante, es "apostar por la formación presencial, al lado de nuestros alumnos y alumnas", asegura (0,45 MB). 

En este mismo sentido, y dado el destacado e importante papel que durante el confinamiento han tenido todas las familias que, bajo las directrices de los maestros, han facilitado la formación online de sus hijos, Mar, Belén y Mila tienen muy claro que, si las tecnologías han llegado al ámbito educativo para quedarse definitivamente, el papel de padres, madres, hermanos, etc. también será más importante aún, en una labor coordinada con los y las docentes de la ONCE, como se ha demostrado durante el último trimestre del pasado curso, en pleno confinamiento. "Su papel es fundamental", manifiestan las tres docentes (2,07 MB). 

Atención individualizada desde Primaria hasta  la Universidad

Durante este curso 2020/21, los 7.273 alumnos y alumnas ciegos y con discapacidad visual, entre los que se incluye el alumnado con sordoceguera u otras discapacidades asociadas a la visual, se reparten, por nivel educativo, de la siguiente manera: 1.265 escolares participan en la Educación Infantil; 1.496 están escolarizados en Educación Primaria; 1.037 han llegado a la Educación Secundaria Obligatoria; 296 cursan Bachillerato; 354 se preparan en la Formación Profesional; 749 se enfrentan a la Universidad; y 2.076 están inscritos en otro tipo de enseñanzas regladas.

Uno de estos más de 7.200 estudiantes es Roberto, un pequeño de ocho años, que acaba de empezar 4º de Primaria, uno de esos tres hermanos -el más pequeño- que atiende Belén ( a los que vemos trabajando en aula en la imagen superior-derecha). Y aunque le ha puesto todo el entusiasmo del mundo a esto de volver al cole y la nueva normalidad, lo de llevar gafas y mascarilla no lo está llevando muy bien (0,37 MB)... No obstante, y gracias a Belén, a su familia y a su profesor de aula, es muy consciente de la importancia que tiene seguir todas las medidas higiénico sanitarias, como lavarse mucho las manos (0,16 MB). 

En su caso, como para el resto de las alumnas y alumnos afiliados, la tarea del maestro o maestra consiste en valorar al alumnado y elaborar una propuesta de intervención individualizada, que requiere la coordinación con otros profesionales, tanto de  la ONCE (Técnico de Rehabilitación, Instructor en Tiflotecnología y Braille, Psicólogo, Pedagogo, Monitor de ocio y tiempo libre, Coordinador de Animación Sociocultural y Promoción Deportiva, Trabajador Social, y/o los especialistas en las áreas de especial dificultad como Matemáticas, Música, Educación Física, Ciencias, Tecnología, etc.), como de las administraciones (orientadores, maestros en pedagogía terapéutica, tutores de aula, etc.). En función de las necesidades del alumno o alumna, la atención va desde el seguimiento, asesoramiento y orientación al respectivo centro escolar, a una intervención directa con el mismo para garantizar su inclusión tanto dentro como fuera del aula (recreo, deporte, ocio y tiempo libre, etc.).