El fútbol para ciegos muestra su nuevo rostro para sobreponerse a la pandemia

El seleccionado español, flamante campeón europeo, se da cita en Madrid para arrancar la recta final hacia los Juegos de Tokio
Hace poco más de un año la selección española de fútbol para ciegos conquistaba en Roma el Campeonato de Europa y, de paso, conseguía el ansiado billete para la disputa de los Juegos Paralímpicos de Tokio, entonces previstos para 2020. Todo eran abrazos, saltos de alegría, cánticos y lágrimas por la recompensa a tanto esfuerzo... Desde entonces las cosas han cambiado mucho. Se volvieron a reunir dos días a finales de 2019 para un evento publicitario y tenían previsto arrancar las concentraciones en el mes de marzo para preparar los Juegos.... Precisamente en marzo de 2020.
Entonces, la llegada de la pandemia y el confinamiento cambiaron todos los planes individuales y de equipo. Se anularon las competiciones, las concentraciones y cada futbolista comenzó a entrenarse en casa con los medios que tenía a su alcance para mantener la condición física adecuada, siempre con el apoyo de la ONCE y de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC).
Así han pasado seis meses hasta que las circunstancias han permitido una nueva convocatoria del seleccionador junto a un estricto protocolo de actuación frente a la covid-19 elaborado desde la FEDC. Guardar la distancia de seguridad, lavarse las manos con frecuencia, tocar el menor número de cosas posible, crear grupos burbuja y, lo más complicado, entrenar con mascarilla.
Es la nueva realidad del fútbol para ciegos en nuestro país. Al tradicional antifaz que cubre los ojos de los futbolistas se une ahora una mascarilla que debe tapar nariz y boca. La imagen es impactante, pero -como reconoce el seleccionador nacional, Jesús Bargueiras- los campeones de Europa “son números uno en adaptación”. Recuerda cómo “se tuvieron que adaptar a una nueva vida cuando perdieron la visión y ahora se tienen que adaptar a llevar la mascarilla como cualquier otra persona. Cuesta un poco respirar, pero estamos en las mismas condiciones y lo primero es la seguridad y la salud, por delante del tema deportivo”, reconoce Bargueiras (0,39 MB).
Tras tanto tiempo sin poder jugar ni pisar los terrenos de juego, sin escuchar los cascabeles del balón, parece que la novedad de entrenar con mascarilla pasa a un segundo plano. Como señala una de las estrellas de la selección, Antonio Martín Gaitán (0,46 MB), aunque han estado entrenando cada uno en su casa, “no tiene nada que ver” con retornar al césped. “Hay que volver a adaptarse al balón, a las dimensiones del campo, a la valla ... y a la mascarilla”, tras siete meses sin poder jugar al fútbol.
Mantener la forma
Un largo periodo de tiempo que no les ha impedido a los jugadores llegar en un buen tono físico. Y es que alcanzar en perfectas condiciones la cita de los Juegos es el gran objetivo de la temporada, para lo cual tienen previsto realizar concentraciones más largas y con mayor número de jugadores en previsión de posibles lesiones, contagios o cuarentenas.
Pedro Gutiérrez, uno de los cancerberos de la selección (recordamos que en el fútbol sala para ciegos los porteros son los únicos jugadores sin problemas de visión), reconoce que se siente “un auténtico privilegiado” por poder participar en estas concentraciones. Un privilegio que han podido vivir de cerca un total de 14 jugadores de campo y cinco porteros que, junto al cuerpo técnico, han tenido que someterse a los correspondientes test serológicos de cara a evitar posibles contagios.
Las medidas de seguridad tampoco permiten utilizar el vestuario ni para cambiarse ni ducharse tras el entrenamiento, actividades que realizan privadamente, de forma directa, en la residencia en la que se alojan. También llaman la atención los parones continuos para oxigenar y realizar una regular limpieza de las manos a jugadores y porteros, así como de los elementos comunes que suelen tocar los futbolistas ciegos en el terreno de juego “como los postes de la portería, las vallas laterales o los propios balones”, nos explica Miguel Ángel Becerra (0,51 MB), técnico de la selección, mientras se afana en limpiar los 30 balones que han utilizado en el entrenamiento.
Así es el nuevo rostro del fútbol para ciegos. Una realidad que no impedirá que nuestros campeones lleguen en las mejores condiciones para luchar por las medallas en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Jaime Mulas