Claudia Romero 'Catiana': "La rutina no me mola nada"
Estudia 4º de la ESO en braille, esta primavera lanza ‘Inicio’, su primer trabajo discográfico, y da voz a las enfermedades raras
Disfrutar del sueño. El despertador es su mayor rival a la hora de levantarse por las mañanas. Tiene 16 años recién cumplidos, como aquel que dice, y la música acapara el ‘punto uno’ en el orden del día a día. Lleva más de 15 meses, casi toda una vida para ella, preparando el trabajo, con forma de disco, en el que versiona temas musicales y canta canciones propias. Lo ha llamado ‘Inicio’, sin más. Así, con un despertar adolescente, la joven promesa valenciana, Claudia Romero Ramírez, despunta, en esta primavera, con el nombre artístico de ‘Catiana’, que algo tiene que ver con los gatos, a los que adora desde niña, o con un incipiente tirón en redes sociales, y también como avatar en los juegos online accesibles para personas ciegas, donde se luce además y es conocida por identificación tan personal.
“El nombre de Catiana viene de un juego de antaño que tenía con mi primo; yo era una gata que se llamaba ‘Cat’ y por las noches... me convertía en una chica. Entonces para que esa gata tuviera nombre, con doble sentido, le añadimos ‘iana’. Y pasé a ser Catiana en el juego, luego en los ‘audio’ y videojuegos, en plataformas online como usuaria y a la hora de crear una ventana en YouTube.... Por eso me puse como nombre artístico Catiana”, explica con detalle (1,32 MB).
Entrañable, directa y solidaria comparte inquietudes y reivindica conocimientos para normalizar realidades... las que tantas veces resultan raras e incomprensibles para un buen número de mortales, en su mayoría ajenos a situaciones difíciles. Y es que se ha implicado de lleno en visibilizar lo que ha venido en llamarse ‘enfermedades raras’ por su escasa incidencia en la población. Todo ha sido a raíz de la amistad con la familia de la pequeña Sayen, una bebé con un síndrome (Pallister- Killian) que se manifiesta en uno de cada 5 millones de nacimientos. Los padres han ideado una original campaña de Crowdfunding (concluye el 21 de abril) para producir una aromática ‘agua de colonia’ llamada Sayen y que cuenta con una pegadiza melodía de presentación, a ritmo country-pop, interpretada por Tamara Mae y la floreciente artista Catiana, entre otros. El 30 por ciento de los beneficios se destinará a asegurar el futuro de la bebé y de las asociaciones implicadas en la investigación del síndrome Pallister-Killian. “Muchas personas están colaborando para ayudar a esta niña y es muy gratificante formar parte de este proyecto”, declara con satisfacción (0,19 MB) la joven Claudia, ya impaciente por conseguir su fragancia más personal. “Mi colonia saldrá al mercado el 23 de abril; es Sayen, está hecha con productos naturales, tiene un olor distinto y detrás un significado muy bonito porque ayudará a que una niña tenga un futuro con mejor calidad de vida”, replica al punto de la emoción.
Nadie está libre de padecer una dolencia o presentar alguna discapacidad a lo largo de su trayectoria vital. La investigación tiene la palabra, y en otros casos las imprudencias se pagan por los que menos culpa tienen. Si es que alguien tiene culpa... “Yo nací prematura, con cinco meses, y entonces obviamente -puntualiza con decisión- fui a la incubadora. Yo miraba bien, pero... ¿qué pasó? Me dio una hemorragia pulmonar y eso hizo que los médicos me pusieran un gas que terminó por dejarme ciega”, refiere sin acritud
(0,30 MB).
A excepción del sentido de la vista, el oído lo mantiene intacto al igual que el tacto... Se maneja a la perfección con el sistema de lectoescritura braille, que aprendió a partir de la corta edad de tres años, según nos cuenta con cierto desparpajo. Asimismo toca el piano desde los cuatro y forma parte de la coral Allegro de la ONCE, en Valencia. Le gusta escribir relatos y canciones, las matemáticas ya es otro cantar... “relacionado con música me gusta todo y con los estudios lo que más se me atraviesa son las matemáticas”, dice (0,14 MB). Confía en poder concluir con éxito este último curso de la ESO para realizar el Bachillerato por Arte musical, que es lo suyo, claro. Luego, el tiempo... ya dirá.
De momento, aquí y ahora, nos presenta su primer disco ‘Inicio’, nunca mejor dicho. Un trabajo compuesto y escrito de su puño y letra, con reseñables arreglos y colaboraciones que agradece infinito la novel Catiana. “Hay grandes músicos que están detrás haciendo los arreglos y colaborando conmigo como pueden ser: Edu Olmedo, que es un batería buenísimo, Iván Cebrián un guitarrista que trabajó con Sakira; Artem Semeshko que también trabajó con Ópera Magna... La verdad es que hay un montón de profesionales detrás, por ejemplo, también Carlos Maeso, un bajista buenísimo que ha trabajado conmigo numerosos temas; Roberto Molina, con varias producciones y temas (...) Todos unos amores, la verdad”, declara. Y así canta en francés (Je veux) (3,26 MB), inglés y español la flamante joven que nace como artista.
Desde niña apuntó maneras, sin duda, con el buen hacer de un padre músico entregado. “Siempre en mi casa ha habido mucha música”, apostilla feliz mientras nos comenta algunas de las piezas de su autoría, tal como ‘Una terrible historia’ o ‘Desde mi ventana’... “Es la historia de una chica que espera a un chico. Al final él se encuentra con ella y todo acaba bien. Y ¡nada!... Son felices y comen perdices, como se suele decir”, añade dicharachera (0,40 MB) y suena a música desde mi ventana
(3,48 MB).
La experimentación en los estilos musicales abre todas las posibilidades, con imaginación. Rutina y creación no casan bien pero que las musas te pillen trabajando. “Odio levantarme por la mañana. No me gusta nada que suene el despertador. Es como que... ¡Para! Otra vez al Instituto. Ósea, no sé, la rutina no me mola nada”, concluye (0,27 MB).
Genoveva Benito