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Extraordinarios sí, ayer, hoy y también mañana

Cupones Sorteos Extraordinarios 11/11 de la ONCE, Cupón Extra de Navidad y Extra Día del Padre de la ONCENuestros lectores más habituales no solo conocen todos nuestros sorteos extraordinarios, sino que también han sufrido los artículos que aquí les dedicamos para difundir cada uno de ellos. Pero, de manera razonable, podríamos preguntarnos si, después de veinte años, siguen siendo productos adecuados para un mercado que tiene poco que ver con el de hace dos décadas. Aquí podéis ver algunas de las razones de su permanencia, que los hacen absolutamente vigentes y, por tanto, necesarios para la estrategia global en cuanto a la obtención de ingresos de la Organización.

Sí, hace ya más de veinte años, quién lo diría, que vendemos productos extraordinarios, es decir, sorteos que, basados en la modalidad Cupón, rompen la rutina en algunos momentos especiales del año, para ofrecer algo distinto, más premios o premios más cuantiosos. En aquel momento, en el año 2000, todavía con las pesetas en los bolsillos, el primer sorteo se realizó en verano, empezando a tantear un territorio que, con el tiempo, se ha consolidado entre nuestros compradores. Posteriormente se incorporaron otros sorteos, también asociados a fechas con evidentes vínculos emocionales en nuestra cultura. De esta forma, empezamos a celebrar el final del invierno con los sorteos del padre y de la madre, que implican además una componente de reconocimiento y cariño, materializada en un regalo que simboliza justamente eso, el agradecimiento a los cuidados y a los desvelos de los que, día a día, han contribuido a sacarnos adelante en las mejores condiciones y a hacer de nosotros lo que hoy somos. Vino después el 11/11 de la ONCE, asociado en esta ocasión al acrónimo de nuestra marca, con una estructura de premios que reforzaba esa asociación, y que se situó en noviembre, en la antesala de las celebraciones navideñas. Por último, el Extra de Navidad de la ONCE, sorteado el 1 de enero, integra dos elementos que refuerzan la ilusión basada también en vínculos emocionales: el entorno familiar enmarcado en los encuentros navideños y, en segundo lugar, las ilusiones renovadas del nuevo año. Por eso, aunque cada sorteo tiene sus propias connotaciones, todos comparten un espacio común, el de lo extraordinario, es decir, el de la ruptura de la rutina en unas fechas que, en sí mismas, ya son una promesa que refuerza las expectativas con relación a lo que más queremos y anhelamos: la familia, las vacaciones, los reencuentros, un tiempo nuevo marcado por el inicio del año, etcétera.

Muchos de los trabajadores de la Organización no han conocido nuestra oferta de loterías sin los “extras”, y si tenemos en cuenta que las primeras tentativas con este tipo de sorteos se remontan a los años ochenta, esto es todavía más cierto. Por eso, alguien podría pensar que ya es suficiente, que con el paso del tiempo estos sorteos han perdido frescura y dinamismo, o sea, que habría que buscarles una jubilación digna.

Pues no, en absoluto. Cierto es que desde el 2000 la ONCE se ha reinventado con productos nuevos, en muchos casos destinados a públicos también nuevos. Sin embargo, hemos de recordar que el Cupón sigue generando más de la mitad de nuestras ventas, lo que nos indica que su demanda sigue siendo muy robusta. Al tratarse de un producto diario, el de siempre, con el que mucha gente nos identifica todavía hoy, es obvio que está expuesto a un nivel de desgaste mayor que el de las otras modalidades. Por eso, ahora más que nunca, los sorteos extraordinarios, con los vínculos emocionales a que nos referíamos antes, son su mejor refuerzo. El consumidor habitual encuentra en ellos una ilusión extra, que renueva su relación cotidiana con los vendedores. Además, los sectores más esporádicos hallan en su publicidad una razón para acercarse al punto de venta, buscando un regalo para la madre, el padre, un obsequio navideño o una ilusión para empezar con expectativas renovadas el año por estrenar. Es este público, el que nos visita de vez en cuando, el que se acerca solo en momentos especiales, el que nos ofrece una oportunidad que no podemos perder. Los distintos productos instantáneos, con su gama de precios, motivos y premios, los botes de los juegos activos, la sencillez del Triplex, la versatilidad del Super Once o la vinculación personal con las fechas de Mi Día, son alternativas más que suficientes, Pero sin olvidar el Cupón, que en sus tres versiones sigue siendo nuestra ancla, y que por sí solo cubre un rango de motivaciones que rendiría a los espíritus más sobrios.

Así pues, los sorteos extraordinarios no solo permiten sueños también extraordinarios a nuestro público, sino que ofrecen oportunidades extras al vendedor. Apostar por ellos es apostar por una oferta consolidada que cierra el círculo de la ilusión, que la fortalece y renueva con cada uno de ellos.