¿Podríamos aseverar que si la musa romana del Teatro y la Comedia, Talía, o la de la Música, Euterpe, hubieran sido ciegas, habría cambiado de alguna manera la vida de los hombres y mujeres de aquella época nacidos con algún tipo de discapacidad, aquéllos que si lograban sobrevivir al infanticidio más que habitual de la época se enfrentaban a una vida de calamidad? ¿Y podríamos creer que hubiera sido distinta su situación en el transcurso de las diferentes sociedades que conforman nuestra historia? Lo cierto es que no podemos saberlo, aunque intuímos que algo podría haber mejorado.  Pero de lo que sí podemos estar seguros es que hoy, año 2021, en pleno siglo XXI, las personas ciegas y con discapacidad visual grave que viven en España pueden dedicarse a cualquier actividad cultural que les apasione. Los más de cien actores y actrices  de la ONCE protagonistas del rodaje cinematográfico “Si Talía fuera ciega” y nuestra joven estrella de Eurovisión para artistas con ceguera, Laura Diepstraten, son dos magníficos ejemplos de ello.

La experiencia pseudo cinematográfica de nuestras 11 compañías teatrales ha estado bajo las directrices, en primer lugar, de sus directores y directoras a los que están más que acostumbrados, pero también bajo las de un equipo de realización y producción desconocido para todos, a las órdenes del director emeritense Antonio Gil Aparicio, y dando vida a un loco guion del prestigioso actor y director teatral Esteve Ferrer.

Y sí, ¡lo han hecho! Han sido capaces de ponerse en la piel de Lucius, un actor romano ciego apartado del teatro debido a su discapacidad, quien, acompañado por la musa Talía, han hecho un recorrido a lo largo de la historia –desde aquella Roma cruenta- para comprobar que hacer teatro es posible para las personas ciegas. Pero, es más, nuestros artistas han demostrado que también va a ser posible llevar su teatro a la pequeña y gran pantalla en un formato de cortometraje que, esperemos, pueda llegar a ser su tarjeta de presentación para un futuro de éxito. Tendremos sorpresas, a buen seguro, en las grandes citas teatrales veraniegas de Mérida y Almagro.

No olvidemos, en este punto, a la otra musa, Euterpe, “la encantadora” de la Música que, sin lugar a duda, ha debido volcar toda su magia sobre nuestra representante española en la primera edición del International Low Vision Song Contest, el Festival de Eurovisión para Artistas Ciegos, la joven de Pulpí, Laura Diepstraten. Ella, pequeña de edad pero grande en todo lo demás, logró entusiasmar a Europa con su propuesta musical ‘Otra visión’  y se proclamó campeona durante la gala celebrada el pasado 21 de mayo. De la mano de Euterpe, Laura consiguió encandilar con su emotividad a ese amplio porcentaje del público que le alzó con la victoria en ese foso romano que también es Eurovisión.

Vaya por delante nuestra más sincera felicitación para Laura, no sin antes mencionar que tan grande ha sido su proeza que incluso ha llegado a oídos de Palacio y sus majestades los reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, la han reconocido como “ejemplo de talento, dedicación y esfuerzo”.

Son sin duda dos buenas tarjetas de presentación para eso que hemos dado en llamar e impulsar como Cultura Global ONCE. Resultados satisfactorios de la labor de impulso a la cultura, centrados en este caso en la música y el teatro, con más de 468 artistas en la órbita de acción, entre un nutrido grupo de actores y más de 60 músicos en promoción. Podríamos seguir citando ejemplos entre otros muchos artistas, escritores de todos los estilos, pintores, escultores, fotógrafos...pero dejemos que este sea el momento para nuestros protagonistas del teatro y para Laura. ¡Démosle al César lo que es del César! O, en más moderno lenguaje eurovisivo, sea para todos ellos la máxima puntuación: “Doce puntos; twelve points; douze points”.