HAY BANQUILLO
Una veintena de jóvenes de entre 18 y 30 años ligados al Grupo Social ONCE y al CERMI han participado los pasados días 8 y 9 de octubre en Estrasburgo, en la sede de Parlamento Europeo, en el Evento Europeo de la Juventud (EYE, por sus siglas en inglés), un acto enmarcado dentro de la Conferencia Sobre el Futuro de Europa. Bajo el lema ‘El futuro es nuestro’, el EYE 2021 ha acogido a más de 3.000 jóvenes de toda la Unión Europea, que han gritado bien alto sus necesidades y sus ideas para un futuro europeo en común, en el que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos, cumplir sus ilusiones, ser solidarios entre ellos y con el resto del mundo y, en definitiva, tratar de ser felices.
Y, en ese marco de debate, nuestros jóvenes han demostrado, una vez más, su capacidad, y han sumado su voz e incluso, si cabe, han gritado un poco más alto que el resto, para reclamar algo que es bueno para todos y todas: una Europa inclusiva que no deje a nadie atrás y, en ese nadie, por supuesto, están los 85 millones de ciudadanos europeos con discapacidad. “No habrá una Europa de futuro si no es una Europa inclusiva”, espetó en la sede parlamentaria de todos los europeos la portavoz de la comitiva, recogiendo una atronadora y cerrada ovación del hemiciclo.
Sabía de lo que hablaba porque, aunque encantados de participar en este evento, el grupo de españoles con discapacidad comenzó a sufrir, sí, a sufrir, la cruel realidad de la falta de accesibilidad casi desde el principio, en la búsqueda de hoteles, transportes e instalaciones accesibles para un grupo compuesto por muchos jóvenes, entre los que viajaban algunos usuarios de silla de ruedas, ciegos o con discapacidad visual grave. De nuevo la solidaridad y el compañerismo triunfaron y un grupito de tres, dos chicos con discapacidad visual y una chica usuaria de silla de ruedas, tuvieron que viajar por caminos diferentes a los del resto del grupo para llegar al mismo destino. Otra vez la máxima de siempre: las personas con discapacidad, para ser iguales y tratar de llegar al mismo sitio, tienen que hacer un esfuerzo mayor. No es justo.
Fíjense: la usuaria de silla de ruedas no podía viajar sola en algunas compañías aéreas para poder realizar el vuelo Barcelona-Francfurt, en Alemania, y sumarse a un autobús con toda la expedición. Cuando logró unirse en Madrid, resulta que el citado autobús para el trayecto Frankfurt-Estrasburgo, tampoco era accesible. Busquemos otra solución: vuelo desde Barcelona o Madrid hasta Basilea, en Suiza y, desde allí, taxi a Frankfurt. Buena opción pero, ¡oh sorpresa!, el taxi no es accesible. Solución, la usuaria y sus compañeros, de nuevo solidarios, se apañan y consiguen unirse a la expedición, en Estrasburgo, varias horas después, noche cerrada en la capital del parlamento comunitario.
Hablamos de Europa, de la Europa que queremos y, por eso, para que no se repitan estas situaciones y algunas incluso peores, nuestros jóvenes han alzado la voz y se han erigido en el altavoz de la discapacidad de muchos otros jóvenes -y no tan jóvenes- de la UE que lo tienen todavía más difícil porque no encuentran un espacio accesible en sus países para construir entre todos una Europa más unida e inclusiva, en la que todos los países, sin excepciones, apliquen la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU que garantiza esos derechos de libre movilidad y accesibilidad.
En el Parlamento de Estrasburgo, los jóvenes españoles han pedido además que su realidad no se circunscriba a la discapacidad, porque la mirada del 10% de personas con discapacidad de la UE es mucho más amplia y debe ser tenida en cuenta en materias como empleo, educación, cambio climático, movilidad o acceso a la cultura, entre otras.
Por eso, además de participar en el EYE 2021, también han tenido la oportunidad de seguir haciendo ruido en favor de una UE más inclusiva y han mantenido encuentros con los europarlamentarios españoles del Grupo Popular, Ciudadanos (Renew Europe) y Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (PSOE). Dolors Montserrat (PP), Jordi Cañas (Ciudadanos) y Mónica Silvana (PSOE) han conocido de primera mano las peticiones de estos jóvenes y se han comprometido a trabajar desde las instituciones europeas por una mayor accesibilidad global en todos los ámbitos, especialmente en el acceso a bienes y servicios como el transporte o la tecnología, y una educación más inclusiva, como claves de futuro.
Y, todavía más, estos jóvenes han conseguido reunirse con el comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Smith, a quien han reiterado la necesidad de garantizar su derecho a un empleo inclusivo, a un salario justo o a unos servicios sociales de excelencia para las personas con discapacidad.
Toda una expedición, todo un logro de unos jóvenes que son nuestro futuro, que han alzado la voz, que han demostrado estar sobradamente preparados, que han mostrado su capacidad de ser capaces y que lo han hecho ante las más altas instancias europeas. Nosotros ya lo conocíamos: nuestros jóvenes nos empujan con fuerza y, a buen seguro, no se conformarán con cualquier Europa. Están listos para saltar al campo, a cualquier terreno de juego, y a actuar con el convencimiento de que lo que impulsan es bueno para los ciudadanos y ciudadanas de España, de Europa, del mundo. Hay banquillo.