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Andrea Pérez: "Yo no me pongo límites ni etiquetas"
Pintora con sordoceguera protagonista del primer performance ‘cara a cara’ organizado en el museo de la ONCE en Madrid
Rompe estereotipos, oculta sensibilidades. Inquietud en sus gestos hasta conseguir conquistar la concentración. Andrea Pérez Vives, de Barcelona, 21 primaveras, deja un boceto en el suelo, despliega una docena de pinceles, abre botes con acrílicos… de colores, escoge y los vierte en su paleta de plástico blanco. En el caballete ya está el lienzo colocado, y su mano izquierda sujeta una tablet donde observa una imagen, primer plano, del fotógrafo con discapacidad visual Víctor Meliveo -la otra ‘cara’ del performance-, que ya dispara su cámara en esta suerte de ‘retratos cruzados’ entre los dos artistas. Es el primer performance ‘cara a cara’. Y cada uno lo realiza a su manera, claro.
Obra de artistas, en sus respectivas disciplinas, que no deja lugar a la indiferencia e interpretación de quien observa. Arte vivo para disfrutar, en una experiencia única. Porque…, si bien Andrea ve a Víctor en color azul, en su retrato vibrante con fondo magenta y amarillo, él capta de ella su esencia en ‘blanco y negro’, con el palpitar del trazo en el lienzo, a escasos centímetros del rostro, o íntimos sentimientos guardados con mil cerrojos, los que marcaron antaño la trayectoria personal y profesional de la joven artista catalana.
“Yo nací viendo; tengo una madre que es historiadora del arte y un padre músico. Siempre rodeada de arte, hemos viajado mucho y he visto muchos museos… Con ocho años tuve un tumor cerebral que me ocasionó la sordoceguera”, declara sin titubear (0,67 MB). Y fue a raíz de tan duras circunstancias cuando emergió la necesidad de expresarse con el dibujo. “Ha sido una constante en mi vida, desde que estuve en el hospital y me quedé con ‘diversidad visual’ empecé a pintar”, apunta
(0,23 MB). Los tratamientos concomitantes de quimio y radioterapia para luchar contra el cáncer dieron su resultado ‘de vida’ aunque le robaron oído y vista. No se lamenta. Si algo así no te mata… te hace más fuerte. Con semblante tan menudo y sonrisa tímida, Andrea es muy fuerte y muy grande.