LOS ROBOTS DE LA ILUSIÓN
La universidad Pablo Olavide de Sevilla está desarrollando máquinas con inteligencia social, que prevén tus intenciones, reconocen por la cara el estado de ánimo de las personas y saben comportarse en público. El español Roberto Martín investiga en la prestigiosa Universidad norteamericana de Stanford el aprendizaje de la inteligencia artificial aplicada al comportamiento humano y ha diseñado a “Jack Rabbot” un robot mensajero que pasea, aprende del comportamiento de los vecinos, puede sonreir y poner ojitos, cede el paso y espera su turno para cruzar la calle. En la ONCE acabamos de incorporar los robots de la ilusión.
En los tiempos que vivimos, la robótica adaptada a mil esferas de la vida es cada vez más común: empaquetar, diseñar, evitar trabajos peligrosos o muy mecánicos, comunicar, conducir, enviar paquetes y, entre todo ello, algo que ha dado en llamarse incluso la robótica social, destinada a labores con personas, como determinados tipos de asistencia en escuelas, hospitales o centros de mayores. Desde nuestra Fundación ONCE y desde las áreas de investigación de Ilunion llevamos ya tiempo innovando en este sentido y hasta nos alegramos en algunos eventos de que, a la entrada, nos salude “Paca” un simpático robot, ya uno más de la familia, que da la bienvenida a muchos eventos e incluso pregunta qué tal estamos.
Ahora le ha tocado el turno a nuestra fábrica de la ilusión, al lugar donde nacen muchas de nuestras realidades, al espacio en el que las bobinas de blanco papel se convierte en nuestro mejor papel, el cupón que, junto con el resto de productos de loterías de la Organización, se ensamblan para que lleguen a los puntos de venta de la forma más ágil, rápida, segura y exacta posible. Ahí empieza todo y, por ello, la innovación ha estado y debe estar siempre presente.
Ahora, nuestro Centro Logístico y de Producción de Productos de Lotería de la ONCE, la histórica imprenta del cupón, acaba de estrenar un nuevo sistema robotizado, espectacular, que realiza todo el preparado de los paquetes que contienen todos los productos de lotería social y responsable de la ONCE, así como para cubrir las necesidades del día a día de nuestros vendedores y vendedoras y del resto de puntos de venta. Hablamos ni más ni menos que de la preparación de una media semanal de 15.000 paquetes completos, con más de 200.000 soportes diferentes incluidos en ellos.
Y todo ello, como si de productos alimentarios se tratara, con la trazabilidad absoluta y medida -como si fuera una fruta, un pescado o un producto cárnico- con su etiqueta unitaria y seguimiento desde su primera lectura en el preparado hasta su recepción en el punto de venta correspondiente, lo que se cerraría con su sorteo, para los productos de juego, o consumo, en caso de productos consumibles.
Es una rotunda adaptación a los tiempos y, de nuevo, un adelanto en el sector de las loterías, en el que la ONCE vuelve a ser pionera para adaptarse a los nuevos tiempos a tiempo, para que el impacto de la robótica nos permita ser cada vez más seguros y competitivos, además de otorgar más garantías, si cabe, a nuestra red de ventas y a nuestros clientes finales.
Es tecnología para la eficiencia, para la calidad, para la optimización, para la sostenibilidad de un modelo que, además, se adapta con rapidez a las nuevas necesidades del mercado y de los productos, con una precisión y eficacia fuera de toda duda. Es inteligencia artificial, mecatrónica, navegación, tecnología de sensores, reconocimiento de objetos y procesamiento de información, capaces de lanzarnos hacia el futuro, un futuro mejor para las personas ciegas y con discapacidad dentro y fuera de España.
Por eso, desde la cuna, desde el lugar del que nace la ilusión en forma de loterías responsables, seguras y solidarias, en la fábrica de la ilusión, en el Centro Logístico y de Producción de la ONCE, damos la bienvenida a nuestros ya robots de la ilusión. ¡Que no paren!.