DE CUPONES Y PERSONAS
En la ONCE, desde su inicio e incluso antes, cupones y personas han caminado siempre de la mano. El cupón es el producto con el que nacimos en 1938, con una vocación de ayuda; es la imagen de la Organización, aquello que la ciudadanía más relaciona con nuestra labor social; es la punta de lanza de nuestras loterías responsables, seguras y sociales; el instrumento que nos ha traído hasta donde hoy estamos; el pedacito de papel que ha circulado por calles y plazas de ciudades y pueblos junto al corazón de nuestros centinelas de la ilusión, para saltar a manos de ciudadanos anónimos pero comprometidos.
Hoy, al anunciar un proceso de renovación e innovación del cupón diario, solo podemos afirmar que ponemos en ello todo nuestro cariño y también la plena confianza de que seguiremos construyendo juntos historia e historias de cupones y de personas.
Hablamos de renovación e innovación porque el cupón ha sido y seguirá siendo siempre, por muchos años que pasen -y ya son 83- un producto de verdadera innovación en el mercado del juego pero, sobre todo de gran avance social. Arrancó con aquellos históricos cupones pro-ciegos, que pronto se subieron al grito de “iguales”; se afianzó con la unificación de los sorteos el 2 de enero de 1984, para convertirse en “la ilusión de todos los días”; y se ha ido adaptando todos estos años para afianzarse como un pasaporte hacia la dignidad de muchas personas con discapacidad en España, de acceso a la educación y al empleo, de logro de una vida autónoma y mejor.
Estrenamos un cupón diario que, además de un destacado premio de 500.000 euros cada día -todos los días-, innova con un atractivo y divertido sistema de reparto de premios, absolutamente único y nuevo en el mercado de las loterías: con el lema “Por los lados puedes ser ganador”, los números tienen premio “del derecho y del revés”, es decir, acertando los números ya sean leídos de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Una idea que se apoya en la voz de nuestros vendedores y vendedoras que, en la charla que comparten cada día con los clientes, encuentran confidencias y demandas de más premios y más reparto. Precisamente lo que incluye este nuevo modelo.
Pero, más allá del premio y como ha ocurrido, ocurre y ocurrirá siempre, cupones y personas van a seguir de la mano porque esta es la razón principal por la que vendemos nuestras loterías y nuestra propia razón de ser: nuestros clientes conocen que detrás de cada cupón hay inclusión, servicios, educación... Hay, en definitiva, la intención de construir una sociedad mejor para todos.
Y lo demostramos porque, en paralelo con esta reforma, volvemos a abrir nuestras puertas y hacemos un llamamiento a quienes tienen dificultades de visión para tratar de ayudarles. La ONCE ha constatado que existe un número elevado de personas con diferentes grados de baja visión que podrían beneficiarse del amplio paraguas de cobertura de la Organización pero, por alguna razón como desconocimiento o quizás miedo, no lo hacen. Por eso, al grito de “Si tienes baja visión, ven a la ONCE¨ nos abrimos aún más a quienes aún no conocen los beneficios de acercarse a la Institución: atención en diferentes etapas educativas, aprendizaje y uso de herramientas de acceso a las nuevas tecnologías, apoyo a la inserción laboral, mejora de su autonomía personal, optimización del funcionamiento visual, apoyo psicosocial, etc.
Como siempre, las loterías responsables de la ONCE caminan ligadas a la acción social de la Organización, un tándem irrompible durante ya más de ocho décadas que ha impulsado la inclusión de las personas con discapacidad para situarlas en igualdad desde un enfoque de derechos. Una nueva demostración de que esto va de cupones y personas.