MOTORES DE ILUSIÓN
Esfuerzo. Actitud en el desempeño de su trabajo. Implicación absoluta con los clientes. Compromiso con la labor social de la Organización a la que representan. Talento. Centinelas de calles y plazas, siempre atentos a compartir y a escuchar. Estos son nuestros vendedores y vendedoras. Las 19.000 personas con discapacidad que jalonan España y confluyen muchas veces en la ‘Calle de la Buena Gente ONCE’, justo en la esquina con el ‘Mercado de la Ilusión’. No son lugares elegidos al azar. Son lugares que ellos y ellas son capaces de llenar de significado y dignidad. Verdaderos puntos de encuentro de ciudadanía. Lo han hecho durante ya casi 84 años. Ahora, 22 de ellos han sido elegidos y premiados como vendedores del año 2022. Son buena gente ONCE. Son motores de la ilusión, la misma que se respiraba ya antes del inicio de la gala de reconocimiento, con todos ellos sintiéndose importantes posando en el photocall, saludando, compartiendo sonrisas, anécdotas y nervios. Daba igual que muchos no se conocieran entre sí, porque todos se saben unidos por esos simbólicos hilos de los colores y valores del equipo al que representan, el Grupo Social ONCE. Se reconocen y se encuentran cómodos en ellos. Por eso, no es extraño que la gala de la Buena Gente ONCE se desarrollase en un ambiente de alegría y emoción, los ingredientes de la receta de la ilusión.
Y realmente fue muy emotivo para cada uno de los vendedores y vendedoras que iban subiendo al escenario de la Calle de la Buena Gente ONCE a recoger su premio de manos del presidente del Grupo Social ONCE y del director general de la Organización, al mismo tiempo que, para su sorpresa, se veían en una gran pantalla en sus calles de verdad, en las que trabajan cada día en sus pueblos y ciudades; y que familiares, amigos y clientes habituales enviaran sus palabras de cariño y reconocimiento a su figura a través de la cámara. Mucha emoción y hasta lágrimas.
Fue una sorpresa para todos y puso de manifiesto que, efectivamente, los valores y la ilusión son los materiales de trabajo diario de los miles de vendedores y vendedoras de la ONCE, representados en estos 22 hombres y mujeres, que encarnan lo mejor de esta gran familia. El máximo exponente, la imagen, la figura, el principio y el fin de este modelo social y económico que conforma el Grupo Social ONCE, el motor de una realidad única en el mundo, que tiene su base en un intercambio tácito de solidaridad: son ellos y ellas quienes lo recogen cada día en las calles para que luego se multiplique en acción social para muchas personas con y sin discapacidad: un círculo virtuoso que conforma una red social sin parangón.
Porque estos 22 compañeros y compañeras fueron protagonistas de una gala marcada de nuevo por los valores que ellos mismos representan: talento, perseverancia, solidaridad, ilusión, respeto, iguales, unión, cercanía, simpatía, ingenio y compromiso. Precisamente los parámetros que se utilizan en los procesos de selección de todo el Grupo Social ONCE y también que ejemplifican cada uno de los galardonados.
Sus historias son muestra de esa realidad: a Fito, de Extremadura, la discapacidad se llevó de ser camarero a vendedor y se adaptó rápido; Enry, mejor vendedora de Málaga, estaba en el paro y hasta le dijeron que siendo mujer, con discapacidad y mayor de 40 años, sus posibilidades de trabajo eran nulas: “Ahora soy feliz”, reconoció.
Mientras Pilar y Avelina, desde Cádiz y Ourense, mostraban realidades similares, a pesar de la distancia geográfica. “Lo pasamos mál y ójala nos hubiéramos acercado antes a la ONCE”, dijeron casi al mismo tiempo. Y, si bien Pilar animaba a muchas mujeres como ella a “que no tengan miedo a la calle porque podemos hacerlo igual que ellos”, Avelina reconocía que se había convertido casi en la oficina de información y turismo en el centro de su ciudad. “A todo el que pasa por la plaza mayor le informo por donde ir y qué visitar", bromeaba.
Historias de ilusión; historias de realidad; historias de vida que se pueden encontrar en cada calle y cada plaza de la geografía española dando razón de ser a la ONCE y al Grupo Social ONCE. Son nuestros vendedores y vendedoras; nuestros centinelas; los verdaderos motores de nuestra realidad, que funcionan con un combustible sostenible e inagotable: la ilusión.