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Teresa Rodríguez, catequista ciega: "Mi libro de la Primera Comunión y el de Confirmación están en braille"
Teresa Rodríguez (Sevilla, 1959) lleva una década como catequista en la parroquia de San Sebastián de Sevilla, en La Paz. A los ocho años perdió la visión por completo, estudió Derecho, aunque nunca lo ejerció, y ha desempeñado distintos puestos de responsabilidad en la ONCE en Sevilla. Ahora, ya jubilada, se dedica a “salir fuera a evangelizar con ilusión”, como pide el Papa Francisco, una tarea que ha cambiado mucho en los últimos años en una sociedad -sostiene-, desorientada y falta de valores.
El braille, sistema de lectoescritura utilizado por las personas ciegas, ha guiado sus manos en el aprendizaje desde que era una niña. Conserva con especial devoción sus primeros libros en braille, también el Catecismo o el libro de la Primera Comunión y el de la Confirmación. La docencia llamó a su puerta desde hace más de una década, con la jubilación laboral en la ONCE, e imparte clases de catequesis apoyándose en sus lecturas de la Biblia, que tiene transcrita al braille y recorre sus líneas, con inmenso amor y maestría, a través de sus entrenados dedos... al tacto.
Así lo contamos en Para que veas, de Radio 5 (RNE) (6,87 MB)
¿Cuándo y cómo prendió en usted la llama de la docencia como catequista?
La primera vez fue en COU. Nos pidieron reforzar a los que iban a hacer la Primera Comunión en los últimos meses y ahí empecé. Y la verdad es que me gustó muchísimo, me llamó poderosísimamente la atención. Luego lo dejé, me fui a vivir a Santander. Allí una madre montó una Catequesis en su casa para sus hijos y vecinos y me pidió que la diera y la di. Luego me trasladé a Sevilla.
Usted se quedó ciega a los 8 años. Supongo que a esa edad la fe no ayuda a superar la barrera que conlleva la ceguera.
Hombre, influye la fe de tus padres. Mi padre y mi madre eran gentes muy alegres y con una fe muy grande. Y ellos te lo transmiten; que Dios sabe más y que sabe por qué, aunque nosotros no lo entendamos. Pero yo tampoco me planteaba nada en esa época, con 8 años no te planteas nada.
¿Nunca ejerció Derecho después de acabarlo?
No, salieron las oposiciones de la ONCE y empecé a trabajar. Fui directora en La Algaba, estuve en Servicio de Rehabilitación en el CRE y al frente de Cultura, animación y Deporte en la Delegación Territorial.
¿Y todo este tiempo ha estado impartiendo Catequesis?
No, no. Medio curso en COU, dos años en Santander, y ahora desde que me jubilé estoy empezando el décimo año de Catequesis, en Sevilla.
¿Ha cambiado mucho la Catequesis de hoy con la que se hacía antes?
Yo creo que sí. Antes se usaba mucho la memoria, ahora los niños no la usan para nada. Absolutamente para nada. Es una Catequesis mucho más participativa, que ellos pregunten si no entienden algo, intentas hacerla muy amena -no digo que antes no fuera amena-, pero los niños han cambiado. Los niños de hace 30 años no son los mismos que los de ahora, ni muchísimo menos, porque las familias han cambiado. Ahora a la Catequesis te llegan niños que no saben el Ave María. Tienes que empezar muy por abajo. (0,52 MB)