La Fundación ONCE ha sido seleccionada por la Comisión Europea para liderar la creación, desde España, del nuevo Centro Europeo de Accesibilidad “AccesibleUE” -por su nombre en inglés-. Es una noticia de una enorme trascendencia no sólo para el Grupo Social ONCE, que asume el reto con todo el entusiasmo y la capacidad de hacerlo posible; lo es también para España y para el movimiento de las personas con discapacidad de nuestro país, que ven refrendados muchos años de trabajo, de esfuerzo, de presencia, de comunicación, de concienciación, de insistencia, de pelea en definitiva por ser parte activa de la ciudadanía y constituirse en un ejemplo europeo y mundial de gestión de la inclusión con todas las garantías, desde los derechos y, desde luego, la accesibilidad lo es o, al menos, debería serlo.

El hecho de que una entidad española como Fundación ONCE -que incluye en su patronato a representantes de las grandes entidades de la discapacidad- sea el alma mater, el motor de un proyecto de esta escala, constituye un reto para la ciudadanía española en su conjunto, y nos coloca al mismo nivel que cuando en España se habla de que somos líderes en trasplantes en todo el mundo, gracias a la extraordinaria labor de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT); cuando citamos al Instituto Cervantes, que impulsa el idioma español por el mundo; o cuando sacamos pecho con un grupo de cocineros y cocineras, ahora llamados “chefs”, que trabajan dentro y fuera de nuestro país siempre con el ejemplo. Es decir, el Grupo Social ONCE y, en este caso, a través de Fundación ONCE, vuelven a ser “Marca España Social” ahí afuera, marca de personas, marca de inclusión, marca de presente y de futuro. 

Y aún más, porque, en este caso, la realidad de esta nueva iniciativa -que se coordinará desde España- tiene un elevado componente de valores muy necesarios, que se impulsarán de cara al futuro: innovación, colaboración, economía circular, sostenibilidad, acuerdos, contactos… y todo ello para liderar la accesibilidad en el entorno construido, en el transporte, en las tecnologías y en la política, en lo que constituye una de las iniciativas emblemáticas de la Comisión Europea dentro de la Estrategia para los Derechos de las Personas con Discapacidad 2021-2030. 

El consorcio creará una gigantesca plataforma capaz de hacer convergir conocimientos, documentación, buenas prácticas, experiencias, autoridades y profesionales del sector que, obligatoriamente, procederán de los 27 países de la Unión Europea (UE), lo que da una idea de la magnitud y de la globalidad de la iniciativa, inspiradora para las políticas de accesibilidad. Y, además, contará con apoyos como la Universidad austriaca Johannes Kepler de Linz; la Red Europea de Turismo Accesible (ENAT), con sede en Bruselas; la Asociación Española de Normalización (UNE) y la Asociación Europea de Proveedores de Servicios para Personas con Discapacidad (EASPD). 

Y todo ello, jalonado por la obligatoria organización de casi un centenar de eventos en los próximos dos años en torno a la accesibilidad, que tratarán de impulsar un modelo europeo que sea ejemplo mundial en la posibilidad de las personas con discapacidad para acceder a productos, servicios e infraestructuras, junto con una ventanilla única de conocimiento que aunará todo el esfuerzo.  Y, por supuesto, con la participación y decisiva de personas con discapacidad en sus mecanismos de acción y trabajo, como no podía ser de otra manera. Llevamos mucho tiempo peleando desde España por la idea de nada para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad. Ahora, Europa nos refrenda y nosotros demostraremos que somos capaces y que el Centro Europeo de Accesibilidad, liderado desde España por Fundación ONCE, va a ser un éxito.