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DEL “COLE” AL MUNDO

Atravesamos estos días la habitual vorágine de septiembre, que mezcla regreso al trabajo, tras las merecidas vacaciones, con el inicio de temporada en muchas actividades, entre ellas -la más destacada- la vuelta al “cole”. Niños y niñas, chicos y chicas, y no tan jóvenes, se afanan en preparaciones para tener todo listo, para empezar nuevas etapas y, con su trajín, arrastran a toda la ciudadanía a emprender iniciativas de todo tipo. De hecho, muchos consideran que el verdadero inicio del año no se produce en enero, tiene lugar en septiembre. Estos días 7.100 niños y niñas ciegos vuelven a las aulas con las mochilas cargadas de ilusión y de material adaptado para poder ser uno más en las aulas; para poder seguir disfrutando, jugando y participando en las mismas actividades que el resto de escolares; para poder seguir ganándose el porvenir en las universidades y centros de estudios; para poder seguir siendo dueños de su futuro. 

La ONCE trabaja y pone todo su empeño para que así sea, con un equipo de 1.500 profesionales a su servicio, que tratan de cubrir todas las necesidades al lado de los estudiantes y que puedan llegar hasta donde a cada uno le lleven sus capacidades.

Al mismo tiempo, se abren mil cursos de formación para estudiantes con discapacidad y también para otros aspirantes a buscar un empleo desde las aulas de Fundación ONCE e Inserta, que permiten que muchas personas puedan prepararse mejor para encontrar un nuevo empleo, mejorar el que ya tienen o, directamente, aumentar conocimientos que siempre ayudan al futuro. Diversas opciones abren un inmenso abanico de posibilidades de futuro con nombres tan atractivos como “Por Talento” o con apoyos específicos para mujeres con discapacidad víctimas de violencia.

No somos los únicos en volver al cole. Los eurodiputados y los trabajadores de la Comisión Europea también retoman su acción y -con el impulso de la Presidencia Española de la UE- acaban de dar el penúltimo paso para una iniciativa largamente solicitada por 85 millones de europeos con discapacidad, una tarjeta de identificación que es mucho más que eso: una tarjeta europea de discapacidad que permita que quienes lo tienen un poco más difícil puedan acceder en cualquier país a realidades como el transporte normalizado, el acceso a bienes y servicios o el tratamiento más adecuado en algunas cuestiones como la educación o el acceso al empleo.

La discapacidad, en este caso, se convierte así en ejemplo y puntal de ciudadanía en Europa, haciendo que sea posible, que se pueda lograr que todos los europeos y europeas tengan en todos los países las mismas opciones, sin tener que demostrar cada cinco minutos que tienen una discapacidad, sea la que sea. Sin tener que dar vueltas y más vueltas administrativas para lograr lo que ya tienen en sus países de origen.

El Grupo Social ONCE, en colaboración con el Cermi y con el EDF, ha trabajado mucho en España y en Europa para lograr este avance sin parangón. Son 85 años impulsando los derechos de las personas ciegas y con cualquier discapacidad. Desde las aulas, desde que somos pequeñitos, con igualdad de derechos y condiciones; en nuestro país, activando la agenda social; jugando al ataque en Europa, por una Unión Europea que no será ni unión ni europea si no es social; o en otros puntos del planeta, con acciones como la labor de nuestra Fundación ONCE para América Latina, que acumula 25 años de solidaridad al otro lado del Atlántico.

En definitiva, arrancamos por el derecho a una educación inclusiva y de calidad, empezamos por algo tan sencillo como volver al cole. Con ese paso, estamos listos para lograr las capacidades que nos permitan abrirnos al exterior, siempre con la bandera del respeto a nuestros derechos. Del cole al mundo.