UNA BARBARIDAD
Todos hemos oído la expresión “la ciencia avanza que es una barbaridad”, pero pocos saben que se trata de una evolución de la frase “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, incluida en la zarzuela “La Verbena de la Paloma”, estrenada en 1894 con música de Tomás Bretón y texto de Ricardo de la Vega, y popularizada luego, en 1963, por una película de Sáenz de Heredia. Todos alabamos los avances de las tecnologías, pero pocos saben que, en su pelea por ganar el futuro, dejan por el camino a demasiadas personas y eso sí que es una barbaridad. Todos y todas queremos evolución y tecnología, pero pocos levantan la voz para que esa tecnología y esos avances puedan beneficiar al máximo posible de personas y no provoquen más barreras o más distancia entre quienes pueden beneficiarse y quienes se quedan descolgados, con graves efectos en su día a día. En el Grupo Social ONCE alzamos la voz y trabajamos para evitarlo a diario.
Y volvemos a demostrar que es posible, con nuestra participación e impulso a cuantas iniciativas marcan el camino de la tecnología. No seremos nosotros quienes pongamos trabas en los avances técnicos o tecnológicos, pero no nos cansaremos de insistir en que deben extenderse a toda la población y evitar dejar fuera, precisamente, a personas que ya están en riesgo de exclusión y que suman así otro agravio diferenciador y distanciador en sus derechos de plena ciudadanía. Porque demasiadas personas con discapacidad se enfrentan cada día a bienes y servicios inaccesibles a su necesidad cotidiana, y eso sigue siendo otra barbaridad.
Fundación ONCE acaba de presentar en el 'Global Mobility Call 2023' de Madrid el AccessRobots, un robot de asistencia personal que facilita el desplazamiento de personas con discapacidad en áreas como estaciones de tren, aeropuertos, hospitales, centros comerciales o grandes superficies. Puede ser utilizado por quienes tienen dificultades sensoriales, físicas o cognitivas y está basado en el buen uso de la Inteligencia Artificial, ya conocida como IA, aunque a veces esta IA sea famosa para utilizarse para delinquir, incluso como arma de guerra.
Y el mismo impulso a la tecnología representa el Reto Interno ONCE Innova 2023, que estos días ha premiado las soluciones más innovadoras presentadas por trabajadores y trabajadoras del Grupo Social ONCE que han querido poner su talento tecnológico al servicio de sus compañeros y de la sociedad. Un total de 277 propuestas de toda España han sido valoradas y tres de ellas se convertirán en realidad: un club de juego y de videojuegos inclusivo para personas ciegas; una comunidad gestionada con Inteligencia Artificial; y un equipo de visión inclusiva, que en su nombre ya explica su objetivo.
Pero esto no basta, es necesario continuar influyendo y concienciando de que la tecnología debe ser para todos. Por ello, trabajamos para que las páginas web de muchas entidades públicas y privadas sean accesibles y podamos acceder a sus servicios, para que los gestores de turno de oficinas bancarias, administraciones y servicios sanitarios puedan ser usados por todas las personas, aunque no veamos; para que los nuevos datáfonos bancarios sin teclados y con pantallas táctiles puedan ser usados por los usuarios ciegos. Para todo ello, aprovechando el talento y la experiencia de los hombres y mujeres del Grupo Social ONCE, hemos puesto en marcha equipos de trabajo y uno de ellos, denominado Silvertec, está formado por personas jubiladas ciegas expertas en tecnología, que ya están ayudando a explorar los nuevos avances tecnológicos, a comprobar su accesibilidad o a aprovechar sus potenciales para usos propios de nuestro colectivo.
En definitiva, trabajamos para hacer un mundo mejor para todos y todas en cualquier aspecto y, aquí, la tecnología se ha demostrado de gran ayuda. Evitemos que los avances dejen atrás demasiadas realidades y necesidades personales y sociales, y sigamos diciendo, al beneficiarnos de estas mejoras, otra frase que no tiene origen ni padre conocido, pero, a buen seguro, la habremos oído a algún abuelo o abuela sorprendidos por lo que es capaz de resolver la “cacharrería”: ¡Jesús, qué barbaridad!!