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BRAILLE Y MÁS…

¿Os habéis planteado alguna vez cuánta importancia tiene el braille en el día a día, en el quehacer cotidiano de una persona ciega que, por ejemplo, viva sola?  ¿Sabéis su utilidad, que es muchas veces necesidad, desde que se levanta hasta que se acuesta? Hace ya casi 200 años, una persona ciega, Louis Braille, inventó un código que permite leer y escribir de una manera ágil a las personas ciegas. Rompió así siglos de aislamiento en el acceso a la información, a la educación, al empleo o a la cultura. En el siglo XXI seguimos trabajando para que el braille, ahora también subido a las nuevas tecnologías, sea una puerta abierta al mundo, pero seguimos chocando con las barreras mentales, que siempre son las más difíciles de evitar.

Estamos en el siglo de la comunicación a gran escala y del acceso masivo a la información: ¿Cómo es posible entonces que sigamos contando con algunos problemas en el acceso a bienes y servicios de primera necesidad? La realidad ahí afuera es que las personas que son diferentes siguen chocando con situaciones difíciles de admitir y que, desde el enfoque de los derechos y de la igualdad, debemos exigir. Porque los ciudadanos y ciudadanas con discapacidad visual requerimos contar con las mismas posibilidades de acceso a realidades que nos facilitan ser uno más. La norma nos ampara y, sobre todo, lo hace la razón.

En el trabajo, en el estudio, en el acceso a la información y la comunicación, el braille está en el día a día de las personas ciegas, cada vez con las más necesaria compatibilidad con las nuevas tecnologías. Qué maravilla poder ver a una persona con sordoceguera “hablar” y “leer” a través de su móvil, gracias a un dispositivo externo que convierte el texto en braille, un comunicador táctil; o sorprenderse con un estudiante ciego de matemáticas que recibe fórmulas complejísimas en su ordenador trasladadas a braille en tiempo real mientras habla el profesor, con un programa que se llama Edico. O, simplemente, que un alumno o alumna ciega en el aula pueda escuchar un cuento, tener una pieza en 3D o una calculadora parlante. Son solo demostraciones de que es posible. Por favor, no lo hagamos imposible.