José Manuel Magano: “La ceguera no me ha quitado nada. Ya no pierdo el tiempo mirando, lo pierdo analizando"
El 'artesano' de la fotografía con discapacidad visual expone su visión del mundo en el Museo Tiflológico
De hablar pausado y tranquilo, quizá por el largo tiempo que necesita para crear de forma artesanal sus fotografías, José Manuel Magano comenzó a tener problemas de visión a los 29 años, con un desprendimiento de retina que, finalmente, le llevó a perder casi totalmente la visión. "No me lo tomé mal, porque yo creo que lo esperaba. Me lo llevaba esperando tiempo -recuerda- (0,95 MB) Es un poco palo, porque la vida la tenemos centrada en la visión. Tenemos varios sentidos, pero creo que el de la visión es al que más valor le damos".
José Manuel saca su vena optimista, otra de sus características, y resume su situación (0,20 MB) con un “bueno, pienso: ¡si esto tampoco es tan malo! Sigo viviendo y sigo haciendo cosas. Yo lo llevo bien”.
Fotógrafo por afición, José Manuel Magano muestra una selección de sus obras en el Museo Tiflológico de la ONCE, hasta el próximo 23 de marzo. Son 20 fotografías bajo el título curioso -teniendo en cuenta que él es ciego- ‘Mucho por ver’, una frase que toma del popular dicho español: “Nos queda mucho por ver”. Magano nunca ha fotografiado para copiar la realidad, sino que la interpreta a su manera; fabrica las imágenes que toma con técnicas de principios de la fotografía, del siglo XIX. Destaca por su maestría en técnicas muy complejas, ya casi olvidadas, pero que siguen creando escuela.
Tras perder la vista, ha tenido que adaptar su método de trabajo, para manejar la cámara y la técnica con maestría. “Yo llevo mi cámara siempre y si tengo una sensación y me apetece hacer la foto, saco mi cámara, apunto hacia donde creo que hay foto y disparo. No voy a dejar de disparar porque no vea”, asegura. (0,39 MB)
Cuando una persona pierde la vista es fundamental el papel de quienes le rodean. “Mi mujer y mis hijos no han modificado su actitud conmigo. Para ellos soy el mismo que era antes”. Y saca su humor cuando dice (0,56 MB) que “si ahora rompo un vaso mi mujer no me regaña, y antes me decía ‘ten cuidado que has roto un vaso’. Me tratan de la misma manera, no se han vuelto cuidadores”.
A quienes puedan verse en su misma situación y reciban la noticia de que van a perder la vista, José Manuel Magano les dice
(0,61 MB) “que aprovechen la vida, pero no hasta que pierdan la vista, que la aprovechen siempre, en todas las situaciones, adaptándose a todo”.
"La ceguera no me ha quitado nada"
José Manuel Magano recuerda un texto suyo en el que cuenta que (0,57 MB) , “al perder la vista, eres como ese niño al que le dan un lapicero y garabatea y, después, va el escribir, el dibujar. Pues eso es lo que te pasa cuando pierdes la vista. Vas a aprender nuevas cosas. Hay que agarrarse a eso. Vas a aprender cosas nuevas que jamás habrías aprendido si no hubieras perdido la vista”.
José Manuel tira de optimismo y aconseja (1,03 MB) a quienes pasen o estén pasando por lo que ha pasado, “que no tengan miedo, que el mundo no se acaba, que les queda mucho y pueden aprovechar la nueva situación. Van a ganar muchos amigos, porque en la ONCE todo el que conoces te ofrece su amistad y su ayuda. Esto es algo que en la sociedad normal no pasa. Y aquí, entre las personas afiliadas, todo el mundo está dispuesto a echarte un mano, a acompañarte en este proceso. Que todo el que entre, lo haga sin miedo”.
“A mí la ceguera no me ha quitado nada”, dice este artesano de la fotografía que, con una sonrisa, añade que se ahorra ver ciertos programas de televisión. Y respecto a qué le ha dado la ceguera, afirma que (0,69 MB) “presto más atención, pero no de oído. Se presta más atención a todo. La visión es un poco mentirosa, engaña, aunque parezca mentira. El hecho de no ver te hace analizar las cosas de otra manera. No pierdo el tiempo mirando, lo pierdo analizando”.
Nuevos proyectos
José Manuel Magano prepara nuevos proyectos fotográficos, también relacionados con el campo, como las obras que expone en el Museo Tiflológico. Uno de ellos lo prepara desde su casa de Canencia (Madrid), “una zona rural, en la que hay trabajo rural, en la que hay una serie de jóvenes de entre 20 a 30 años, que se dedican a la tala, al cuidado del ganado, al huerto... Y me gustaría hacerles una serie de retratos en su ámbito laboral para regalárselos y que tengan un pasado fotográfico”.
Preguntado por el futuro de la fotografía, duda unos segundos hasta decir “difícil respuesta. No lo sé. Pero, cono todas las artes, evolucionará, se generarán nuevos conceptos fotográficos, avanzará técnicamente. Hay futuro”. José Manuel Magano se define como “un artesano de la fotografía. A mí me gusta la fotografía manual. Yo no valgo para ponerme delante del ordenador y retocar la imagen. Necesito notar el soporte: el papel, los químicos, meterme en el cuarto oscuro... Cuando tomo una imagen ya pienso cómo la quiero llevar al papel, y para eso necesito mi laboratorio”.
José Manuel Magano nos ha mostrado muchos aspectos de su vida y de su amor por la fotografía. Algunos de ellos también se pueden conocer en ‘Mucho por ver’ su exposición en el Museo Tiflológico. Como esa imagen de un árbol frondoso, junto a otro sin hojas, que son el antes y el después de este artesano de la fotografía.
Antonio Saugar