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DEBATES CONTRA SOLEDADES

Los debates más importantes que afectan a la sociedad siempre nacen de la propia ciudadanía. Así ha sido siempre. Por eso es clave el papel de la sociedad civil, de quienes están pegados a la realidad cotidiana y quienes, como hacemos desde el Grupo Social ONCE, tratamos de descubrir, destapar si es preciso, informar, poner blanco sobre negro o incluso alertar de realidades que afectan especialmente a las personas, con el objetivo de buscar soluciones. A lo largo de nuestra historia hemos impulsado muchos debates que son ya realidades cada día un poco mejores, como la accesibilidad, la inclusión educativa y laboral o el deporte paralímpico. Ahora le toca el turno a la soledad. Hemos reflexionado sobre esta realidad. Hemos creado un Observatorio para analizarlo. Hemos tratado de ver si afecta a todas las personas por igual y, en nuestro caso, con especial mirada a las personas con discapacidad. Y hemos destapado una realidad que podíamos intuir: nuestros jóvenes se sienten solos. 

Es el resultado más destacado de la encuesta “Juventud y soledad no deseada en España” impulsada por Fundación ONCE y por otro destacado representante de la sociedad civil, la organización Ayuda en Acción, entre otros colaboradores. Ya no hablamos de suposiciones o sensaciones sino de realidades: con más de 1.800 entrevistas a jóvenes de entre 16 y 29 años el resultado no deja lugar a la duda: el 69% de nuestros jóvenes se siente o ha sentido solo. Las causas son variadas; las realidades, siempre cambiantes, pero lo que es cierto es que la voz de alarma la hemos gritado muy alto y fuerte. Ahora solo falta que, como decía el expresidente Adolfo Suárez “elevemos a categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal”, esto es, tomemos las medidas oportunas para que esta realidad no hipoteque el futuro de nuestra juventud.

El informe es muy detallado y pone de manifiesto la urgente necesidad de intervenir en determinadas realidades que, además, parecen generar mayores riesgos, como son el desempleo, las situaciones de pobreza, jóvenes que han sufrido acoso escolar o laboral, la mala salud física y, especialmente, mental, personas con discapacidad, de origen extranjero o LGTBI. Fíjense si tenemos ámbitos sobre los que actuar, sin quedarnos solo en debates que se han demostrado algo superfluos, como la supuesta incidencia en la soledad de las redes sociales, que no ha quedado constatada.

Con todos estos datos encima de la mesa, el informe ofrece además una serie de recomendaciones para abordar el problema de la soledad no deseada en la juventud, que pasan por prevenir, detectar e intervenir. Es posible hacerlo, pongamos los medios. Desde el Grupo Social ONCE estamos ya con mil programas dedicados a ello y seguiremos impulsando, al lado de la sociedad civil y cuantos compañeros y compañeras quieran sumarse, debates contra soledades. Pero no solo. Vistos los resultados, no podemos mirar hacia otro lado. Actuemos todos juntos, cuanto antes. Ahora, pongámonos a trabajar para evitarlo.