La ‘falla paralímpica’ celebra un homenaje a los deportistas paralímpicos valencianos
La Falla Castellón-Segorbe de la ciudad de Valencia, la primera que ha dedicado sus fallas íntegramente al deporte paralímpico, ha celebrado un homenaje a los deportistas valencianos con discapacidad.
La ‘Falla Paralímpica’ instalada en el cruce de las calles Castellón, Segorbe y General San Martín es el escenario de un sencillo acto de homenaje a deportistas paralímpicos históricos, presentes y también de futuro: David Casinos, Inma Palencia, Pilar Javaloyas, Eugenio Jiménez, Amparo Baixauli, Mónica Merenciano, Vicente Gil, Maurice Eckhard, Nagore Folgado y Sergio Martos a quienes se les impondrá la insignia de la Comisión.
Además, en el acto se entrega la donación recaudada en una rifa benéfica de la comisión fallera, cuya dotación, 6000€, irá destinada al proyecto del CPE Relevo Paralímpico Comunidad Valenciana.
También en el Cupón de la ONCE
La ONCE dedica este año dos de sus cupones a las Fallas. El primero de ellos lo protagoniza la primera Falla Paralímpica, correspondiente al sorteo del 17 de marzo; y el segundo, perteneciente 19 de marzo, está dedicado a la Falla del Ayuntamiento.
Miguel Carballeda, presidente del Grupo Social ONCE y del Comité Paralímpico Español; María José Catalá, alcaldesa de Valencia; Ignacio Grande, secretario autonómico de Familia y Servicios Sociales, acompañados de los máximos responsables de la Organización en la Comunidad, responsables políticos, económicos y sociales de la C.V. y las Falleras mayores y sus cortes de honor, presentaron estos cupones en un acto en el Ayuntamiento de Valencia.
La Falla Castellón-Segorbe de la ciudad de Valencia encargó al artista Carlos Carsí el proyecto, basado en los valores del deporte practicado por personas con discapacidad, del que ha derivado el proyecto 'Mítics i paralímpics' en el que se utilizan elementos relacionados con el movimiento paralímpico, como las mascotas del Comité Paralímpico Español y de los Juegos Paralímpicos de París 2024, la antorcha, la llama o una alusión al barón de Coubertin.
Esta estructura principal alcanza una altura de unos ocho metros, rodeada por varias escenas protagonizadas por ninots en referencia también al deporte de personas con discapacidad.