SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS
Entramos en un verano muy deportivo en el que dentro de poco más de dos meses (28 de agosto) arrancarán en París los primeros Juegos Paralímpicos de verano que se celebran en Francia, cuna del olimpismo. Durante 11 días de competición, se disputarán 549 eventos con medallas en juego en 22 deportes diferentes, todos ellos apasionantes. Se trata del segundo acontecimiento deportivo más importante del mundo en cuanto a número de deportistas participantes (4.400 de 182 países) o periodistas acreditados (más de 2.200). En la capital francesa volvemos a la normalidad después de unos Juegos de Tokio en los que no hubo público. Y lo haremos para seguir marcando la historia del deporte español, con una novedad destacada y perseguida: la equiparación de los premios por medalla entre deportistas olímpicos y paralímpicos. Una medida histórica, justa y necesaria para nuestro movimiento paralímpico.
Y también es justo que las increíbles imágenes de estos Juegos Paralímpicos puedan verse en el mismo lugar que los Olímpicos, en Televisión Española, la televisión de todos. Porque es justo que la sociedad conozca las historias de nuestros deportistas paralímpicos, que vea la capacidad de sacrificio, esfuerzo y trabajo en equipo que derrochan. Las medallas son nuestro fin último, pero en la capital francesa volveremos a desfilar como el auténtico equipo paralímpico español que representa a todo un país y muy especialmente a las más de 4,5 millones de personas con discapacidad que son nuestros conciudadanos.
Estos Juegos son, además, un encuentro que nos permitirá consolidar la percepción que la sociedad tiene de nosotros porque, como sabéis, constituyen el mejor escaparate mundial para mostrar la realidad de las personas con discapacidad, un relato vital sobre los valores de estos deportistas sin adjetivos, de esos deportistas que acumulan, mejor, sustantivos como compañerismo, unidad, récord, equipo, compromiso, reto, motivación, meta y otros muchos. El compañerismo y la unidad que hacen Grupo y nos convierten en imbatibles; el objetivo de mejorar metro a metro a metro, segundo a segundo; el compromiso y la motivación apoyados en el esfuerzo; la capacidad, en definitiva, de perseguir metas, alcanzarlas y superarlas, buscando siempre otras nuevas.
La meta nos espera en la ciudad de la luz, cerca de la Torre Eiffel o en los Campos Elíseos, donde a buen seguro que los deportistas paralímpicos españoles volverán a dejar un sello inigualable, lleno de talento y esfuerzo. Porque...¡siempre nos quedará París!