El cine ha convertido a los robots en grandes amigos de la humanidad, o en grandísimos enemigos, capaces de cometer las mayores atrocidades. La realidad acaba superando a la ficción y aparecen tecnologías cuasi humanoides que realizan acciones con gran detalle e incluso, desde 1990, los investigadores en inteligencia artificial han acuñado el término de “robot social” para referirse al autómata que interpreta correctamente la acción de las personas y responde de manera adecuada (parece que todavía no es posible). Por eso, desde el Grupo Social ONCE preferimos otra acepción: la innovación tecnológica, robótica y social puesta al servicio de las personas, especialmente de quienes lo tienen un poco más difícil; la tecnología que ayuda a incorporarse a personas mayores; a caminar a niños o adultos; a operar a distancia y llegar a partes del mundo apartadas y golpeadas; los avances pensados para ayudar, para estar al lado, para mejorar la vida de los demás. Ese ha sido siempre nuestro objetivo y es nuestra forma de entender e impulsar la robótica.