'Así Somos Nosotras' con Beatriz Rojo: “celebrar los triunfos de otras mujeres como si fueran los nuestros propios nos ayudaría mucho”
Beatriz Rojo Bayón tiene muy claro que la sororidad entre las mujeres es “muy necesaria para alcanzar nuestros sueños. Son muy importantes esas redes que podemos construir entre mujeres, porque ayudan mucho a que cada una de nosotras pueda conseguir nuestros propósitos”.
Esta mujer vallisoletana, de 46 años de edad, es en sí misma un gran ejemplo de superación, no solo por lo que ha tenido que vivir en el terreno personal desde que, con su bebé recién nacida, le diagnosticaran una esclerosis múltiple (motivo de su discapacidad) que, aunque en algunos momentos de su vida no le ha puesto las cosas fáciles, no ha conseguido que se rindiera nunca.
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Pero es que, además, desde hace tres años, Beatriz trabaja incansablemente como técnico compass en Inserta Empleo dentro del programa ‘Mujeres en Modo ON-VG’, cuyo “principal objetivo es conseguir oportunidades laborales para mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género”, aclara. A través del acompañamiento a estas mujeres, su labor de apoyo es fundamental para que recuperen su desarrollo personal y profesional. “Si no van de la mano, las inserciones son muy complicadas -asegura-. Desde el equipo de técnicos compass tratamos de generar un espacio seguro para que estas mujeres puedan sentirse valoradas y en ningún momento juzgadas. Aquí no hay etiquetas”. Explica que la mayoría son casos muy complejos y hay que trabajar mucho con sus miedos: la inseguridad, la pérdida de confianza, la soledad, la aceptación, la discapacidad sobrevenida, que en muchos casos conlleva otras enfermedades, y, sobre todo, la supervivencia.
Sin perder la sonrisa, nos cuenta Beatriz que uno de los puntos de inflexión en su vida fue el momento en el que ante la posibilidad de elegir un futuro profesional “más prometedor”, su balanza se decantó, sin dudarlo, hacia su inmenso deseo de ser madre. “Tuve que elegir entre lo que me iba a hacer feliz de por vida o mi carrera profesional, y la verdad es que nunca me he arrepentido de esa elección”, asegura. Y otro momento decisivo, claro está, fue el diagnóstico de la esclerosis cuando “mi vida dio un giro de 180 grados -dice-, y a partir de ese momento te das cuenta de que todos los sueños que tenías dejan de tener sentido y empieza una nueva etapa”.
Para Beatriz, la igualdad consiste en “el trato idéntico entre todas las personas sin importar su condición ni las características de cada una de ellas”, y así es como ha educado siempre a su hija: “en el respeto, la libertad y la igualdad”, hecho que considera como su principal aportación personal en este ámbito de la igualdad. Y, desde lo profesional, su granito de arena está en “tratar de enseñar a las mujeres víctimas de violencia de género a sentirse como iguales, a encontrar un trabajo en igualdad y a que eduquen así a sus hijos”.
Con todo ello, reconoce que se siente satisfecha de todos los logros que ha conseguido hasta el momento y “de los que pueda conseguir en el futuro; porque la vida va de esto, de superación y de aprendizaje continuo”, apunta. Y, aunque “la esclerosis me ha enseñado a centrarme en el presente, sí que desearía que mi futuro fuera estable, donde el equilibrio y la tranquilidad sean una constante y, por supuesto, como persona, mujer y profesional poder seguir aportando”.