Técnicos docentes de la ONCE regresan a los campamentos de Tinduf tras tres años sin poder aportar presencia física

Tras tres años sin pisar las escuelas saharauis por imperativos de seguridad, el equipo de profesores del CRE de Barcelona, cooperantes del proyecto educativo para niños ciegos de los campamentos de Tinduf que la ONCE desarrolla desde 2004, han vuelto, del 25 de abril al 8 de mayo, a pisar de nuevo las cinco escuelas específicas que actualmente atienden a 50 niños con discapacidad visual de los campamentos. Una vez levantada la prohibición gubernamental de acudir a la zona por el alto riesgo de actos terroristas contra cooperantes y ONGs, el equipo, formado por Josefina Miret, Albert Solé, Mª José Sanz y Marta López, trabajó dos días en cada una de las cinco escuelas y se reunió con profesores, directores de las mismas, familias y responsables educativos, con la intención de seguir manteniendo su óptimo funcionamiento y revitalizar la labor de concienciación de la sociedad saharaui, sobre todo entre las familias de niños con ceguera o discapacidad visual, que deben y pueden recibir educación.

Relanzar la labor

“Llevábamos sin visitarlos desde 2011, y hemos ido a darle continuidad al proyecto, porque aún hay muchas cosas por hacer”, nos comentaba Josefina Miret nada más volver de Sahara. “Allí los avances son muy lentos, y tras este tiempo en el que no hemos podido ir, nos hemos encontrado con cosas que ha habido que volver a retomar. La escuelas siguen en marcha para los niños de Primaria en horario de mañana, y por la tarde acuden a sus escuelas de barrio, porque, claro, las distancias son muy grandes y los asentamientos muy dispersos. Pero aún sigue costando mucho que las  familias entiendan que es mejor para estos niños ir a las escuelas específicas que a la ordinaria, donde en estos momentos carecen de recursos para poderlos atender. Además, no todos los niños acuden a la escuela, porque sigue costando mucho que las familias entiendan o crean en sus posibilidades. Hay casos en los que prefieren dejarlos en casa, algo muy común, o intentar mandarlos a España u otros países europeos con familias de acogida”.

La conciencia social en el Sahara de que las personas con discapacidad visual pueden tener una vida más o menos útil y normalizada dentro de su cultura es efectivamente uno de los grandes obstáculos que el equipo de cooperantes de la ONCE -apoyados en todo momento por los coordinadores, profesores y autoridades educativas- trata de derribar, según nos explica Josefina Miret (archivo MP3).

El próximo año

Pisado de nuevo el terreno, nuestro equipo de cooperantes se plantea de cara al futuro facilitar una estancia en España de cinco profesores saharauis,
uno de cada escuela (actualmente cuentan con 15 profesores entre las cinco), para que, durante unos días, conozcan uno de los colegios específicos de la ONCE, cuyo modelo de atención educativa es el que se está extrapolando a las escuelas saharauis, así como las posibilidades de educación integrada en nuestro país. “El objetivo común del proyecto es sacar adelante estas escuelas, que sigan existiendo y que los maestros estén bien formados -nos explica la voluntaria catalana-. Por eso nos parece interesante que el próximo año puedan venir algunos a España a conocer nuestro modelo, por ejemplo en el colegio del CRE de Madrid, y el sistema de educación integrada, que podrían conocer en el CRE de Barcelona... Los propios profesores saharauis nos lo pidieron en la reunión final que mantuvimos junto a sus autoridades educativas, que valoran muy positivamente este proyecto. Pero de momento es sólo una propuesta cuya viabilidad tendremos que estudiar”.

En cuanto a la dotación de materiales, uno de los objetivos fundamentales del proyecto de cooperación, la Dirección de Relaciones Internacionales de la ONCE trabaja en la dotación a estas escuelas de impresoras braille, que les permitan elaborar textos en árabe. Ya se han proporcionado importantes medios y materiales específicos adaptados para ceguera o baja visión: atriles, máquinas Perkins, lupas o adaptaciones para ordenadores (actualmente existe uno en cada escuela), como Jaws o ZoomText... “Todo niño que lo necesita lo tiene”,  asegura Josefina.